"La ley de Dios está por encima de cualquier ley humana" declaró a TV Globo el arzobispo de Olinda y Recife. Se refería a que Brasil, como prácticamente todos los países del mundo, permite a las mujeres voluntariamente interrumpir su embarazo en ciertas circunstancias. En particular en el caso de Brasil, si hay un grave peligro de muerte para la madre, o si el embarazo fue producto de una violación, la mujer es libre de solicitar a los médicos que interrumpan su embarazo.
Pero la ley de Dios -- creo que el sacerdote se refiere a Yahvé, el invento de Abraham, posiblemente no se refiere a Tor, o a Allah, o a Cai-Cai-vilú, o algún otro Dios -- dice otra cosa. Las palabras de Dios en la biblia contienen numerosas referencias sobre el embarazo, por ejemplo:
(Levítico 12:2-5) Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días (...) Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación.
De manera que los autores de la biblia son grandes autoridades en materia de reproducción humana. Así mismo, prohíben a las mujeres abortar, incluso si fueron violadas o si el embarazo es inviable y la embarazada está en peligro de morir.
Ambos casos concurrían en el embarazo de una menor de 9 años que salió a la luz pública la semana pasada en Brazil. La niña quedó embarazada tras ser violada repetidamente por su padrastro. Su embarazo era doble, y los médicos concurrieron en que el útero de la niña de 9 años no podía contener un feto hasta su desarrollo viable, mucho menos dos, de manera que le hicieron un aborto para salvarla de la muerte.
¿Y qué hizo la iglesia católica? Excomulgar a todos los médicos que la ayudaron y a la madre de la niña, en una de las señales más claras que ha dado la iglesia de lo distantes que están de ser una fuerza moral válida. ¿Y qué hizo el papa? Respaldar al arzobispo y decir que los ataques contra su persona eran injustos.
Tanto los musulmanes como los católicos han creado numerosos preceptos para controlar lo que las mujeres pueden hacer con su cuerpo. Esto es el reflejo de una posición de superioridad del hombre sobre la mujer que le permitió sostener durante milenios su mayor fortaleza física. Si fuera el macho de nuestra especie el que quedara embarazado, el aborto sería un sacramento.
Este caso de la niña de 9 años en Brasil se suma a la montaña de casos en que las religiones demuestran que son vestigios peligrosos de los cuales tenemos que deshacernos. Tenemos que desenmascarar esta farsa creada para impresionar analfabetos en la edad de hierro. Lo único que requieren estos ventrílocuos de sotana para seguir pretendiendo ser la voz que habla desde el cielo, es nuestro silencio.
Actualización 2009-03-11: durante una convención sobre salud de la mujer, el Dr. Olimpio Moraes, uno de los que ayudó a la niña a hacerse el aborto recibió una ovación de pie por parte de la audiencia, mayoritariamente mujeres.