¿Y para qué? me he preguntado, por todo. Para qué el tiempo, para qué el esfuerzo. Para qué todo. Las sonrisas fingidas, las mañanas rápidas, las tardes abúlicas. Las noches largas. Los sueños compartidos. Las sábanas empapadas, sucias.
Insulzo cielo azul. Insulzos besos. Pop-corn, cine, teatro. Música, regalos. Regalos de cumple mes ... ¡¿y ahora que mierda le regalo?! Tiempo perdido, amigos lejanos, encuentros fugaces que no concluyen, un aborto de flirteo, una mirada que queda en nada, en una mirada gacha, mirando el vaso, mirándola a ella. Otra vez. Otra vez.
Para qué un te quiero, para qué un te amo. Para qué el tiempo, para qué el esfuerzo. Para qué todo. Todos mis amigos solteros, carreteando, yo feliz, una sonrisa en los labios, a veces. Ahora todos los imbéciles pololeando, sus mujeres calladas en las fiestas, en las reuniones, un adorno, alguien que te mira sonriéndo por costumbre. Ahora yo el imbécil solo (mi perro no me ladra, nunca lo hizo el muy imbécil tampoco), los miro, me siento mal, me da vergüenza tenerle celos a mis amigos. Ojalá la pasen bien, los muy huevones, mientras le dure.
Me decido a ser feliz. Me reviento carreteando. La resaca me molesta, me miro al espejo. Espero no volver a verla. Linda mi felicidad. Imbécil.
Miro mi carta a las parejas jóvenes. Que chucha hago con ella ahora, que chucha hago con todos los consejos, siutiquerías bellas, buenos deseos, etc. que chucha hago si como pareja soy un fracaso. Me repongo. Me recompongo. Antidepresivos. Somníferos. Estimulantes. Tabaco. Okey, algo tengo que hacer con ellos. Antidepresivos. Estimulantes. Tabaco. No está mal escribir la carta. Más antidepresivos. Más tabaco. La publico, y punto y que tanto, si a fin de cuentas no se trata de dar consejos, sino de contar mi rollo. Más tabaco. Esta linda la huevá, después de todo.
Sigo dolido. Espero. Duermo. Duele. Fantaseo con el regreso. Fantaseo con eso. Me lo imagino. Tampoco me gusta, lo peor es que tampoco me gusta. Ni sueños bonitos tengo. Que mierda me queda sino el odio. Y el tiempo. Y regalitos. Cartitas. Al horno con ellas. Cenizas. ¿Y ahora? El recuerdo. Más tabaco. ¿Cómo se hace para borrar un recuerdo?
Pero, amigos, he tenido una gran experiencia, he aprendido algo de la vida, he tenido tardes incansables, conversaciones profundas, regalos importantes, salidas únicas, atardeceres románticos, noches tumultuosas, amaneceres brillantes, ocasiones increíbles, reflexiones prolongadas.
¿Y para qué? ... ¿Y para qué? ....