La Paradoja de la Elección

Llegué a este libro de Barry Schwartz despues de ver el video de su charla en TED. El tema de The Paradox of Choice son los motivos por los cuales a pesar de tener ahora más libertad que nunca para elegir, la existencia de una gran cantidad de opciones nos hace menos felices. Por supuesto, el estar restringidos y no poder decidir sobre nuestra vida también nos hace infelices, lo que alega el autor es que llega un punto en que hay demasiadas posibilidades y el resultado neto sobre nuestro bienestar es negativo.

Una de las causas de esta infelicidad es que la existencia de un número más grande de alternativas en general devalúa la alternativa que elegimos. En un experimento bastante revelador, a la entrada de un supermercado se ofrecía una degustación de mermeladas. Se hizo el estudio poniendo 6 mermeladas distintas sobre la mesa, o poniendo 24 mermeladas distintas. En general las personas que se acercaban probaban cada una 3 sabores distintos en promedio en ambos casos. Pero en el primer caso (6 sabores) el 30% de los que probaban compraban una mermelada. En el segundo caso (24 sabores) solamente el 3% terminaba comprando.

Otro experimento clásico les ofrecía a un grupo de personas elegir entre $2 dólares o una lapicera que valía $2.5 dólares. Un 75% de las personas elegía la lapicera. A otro grupo de personas se les daba a elegir entre $2 dólares, la lapicera que valía $2.5 dólares, o un juego de dos lapiceras más baratas. Ahora solamente un 45% eligió la lapicera de $2.5 dólares. La existencia de una alternativa extra devalúa nuestra elección.

Mientras más alternativas hay, más se devalúan nuestras elecciones, lo cual va completamente en contra de la teoría económica estándar. El costo de oportunidad de elegir algo es el valor de la segunda mejor opción, no la suma de todo el valor de las opciones que no elegimos, que sería absurdo pero sin embargo en la práctica es como a menudo calculamos el costo de nuestras decisiones.

Peor aún, al tener más opciones tendremos a inventarnos opciones inexistentes que mezclan lo mejor de cada una de las opciones que tenemos. Al existir más posibilidades, es más fácil construir estas quimeras.

También están los casos límite en que no queremos tener elección debido a que no podemos afrontar la responsabilidad. Por ejemplo, en una encuesta a personas sanas, un 65% dijo que si contrajera cáncer les gustaría poder elegir el tratamiento. Entre pacientes enfermos de cáncer, por otra parte, sólo el 12% realmente quería realmente poder decidir sobre su tratamiento. Otro caso límite son las elecciones que ahora tenemos y que antes no teníamos. La belleza física, por ejemplo, solía ser algo que venía de nacimiento. Ahora es algo que se puede comprar mediante la cirugía estética, y equivalentemente, no hacerse una cirugía puede terminar siendo -y en algunos círculos ya lo es- un símbolo de fracaso económico.

El libro también profundiza en los mecanismos de la satisfacción, del placer y la culpa, proponiendo además de teoría y análisis algunos cambios de actitud que podemos aplicar en nuestras vidas. Uno de ellos es considerar el costo de elegir en términos del tiempo y esfuerzo perdido cotejando alternativas. El costo total de un ítem es el costo que se paga directamente más el costo que se pagó buscándolo; este cálculo puede ayudarnos a no perder demasiado tiempo en decisiones sobre nimiedades. Otro consejo es no poner tanta carga en cada elección, cada vez que compramos o recibimos algo nuevo en nuestras vidas, la satisfacción inmediata a la larga se transforma en costumbre y comodidad. Al considerar lo que se ganará con cada decisión, hay que considerar que a veces no es tanto como parece.

La charla en TED:

The Open Rights Group

El Open Rights Group es una organización sin fines de lucro, basada en UK, que se dedica a informar y proteger a los ciudadanos en los temas de derechos digitales. La organización nació en el año 2005 y en sus primeros tres años de existencia ha realizado campañas y manifestaciones que han aparecido en numerosos medios de prensa incluyendo la BBC, Washington Post, New York Times, New Scientist, etc.

Los temas a los que se dedican incluyen: promover leyes de Copyright que protegan los derechos de los consumidores e ir en contra del uso de restricciones digitales con DRM, promover el uso de Creative Commons, el flujo libre de la información, la neutralidad tecnológica, el código abierto, y la protección de la privacidad de los ciudadanos. Es una organización notable que se enfrenta con el apoyo ciudadano y pocos recursos a una maquina industrial bien engrasada y con muchos recursos. En estos momentos están reclutando interesados que puedan contribuir a su causa con 5 libras al mes, principalmente para contratar personal de planta para la organización; si bien es y será una organización eminentemente voluntaria, tener solamente 1 funcionario de planta limita sus posibilidades. Hay más información sobre lo que ellos hacen en su sitio http://www.openrightsgroup.org/.

Los amos de la vida

Por Adriano Sofri, Repubblica.it, 10 de Julio del 2008.

Cuántas formas hay de ser padres. Es el aviso terrible que el viejo Taras Bulba pronuncia dirigiéndose al hijo: "Yo te he dado la vida, y yo te la quito". Padres cosacos de hace tantos siglos, convencidos de que al haber metido en el mundo a los hijos, tienen el deber de castigar su traición llevándoselos del mundo. Todavía hay tantos padres así. Y madres silenciosas, invisibles. Ayer, cuando la sentencia de una Corte de Apelaciones, preparada orientada por la Casación, ha liberado a dos ciudadanos italianos de la pesadilla más terrible que pueda experimentar una persona humana, el padre de Eluana - podemos llamarla todos así, con una confianza afectuosa, al menos de esto pueden servirte 16 años de agonía - ha respondido a los que le decían que qué cosa sucedería ahora: "La medicina ha hecho, la medicina lo terminará". La medicina ha pretendido darle la vida, la medicina se la quitará.

En realidad, una medicina plegada a un absolutismo de la autoridad estatal y de la moral dogmática y a los procedimientos de rutina ha acabado una vida y ha negado la muerte que era suya - "la hora de nuestra muerte" - a una joven mujer, emulando, contra los fines hacia los cuales la medicina y el amor al prójimo deberían inspirarse, la ferocidad de un atma cosaco. El señor Beppino Englaro y su mujer habían estado por más de dos años, día y noche, a la cabeza de su hija maravillosa, "la criatura más espléndida que he conocido", como dice el padre. Después, cuando ya no ha habido más esperanza, por catorce años - catorce años - han pedido a la sociedad y a su autoridades, médicas, judiciales, y de opinión, de reconocer dos cosas incontrovertibles. Que el "estado vegetativo" de Eluana era irreversible, y que por lo tanto cualquier cuidado no era más que enseñamiento extraordinario, prolongación de una agonía sin escapatoria. Y que Eluana había expresado lúcida e inequívocamente su propia voluntad, cuando el destino la había llevado, en la misma reanimación que se la haría después a ella, a medirse con la desgracia de un jóven amigo. Por catorce años, y una tormentosa seguidilla de procesos y sentencias, los señores Englaro han esperado que la sociedad y sus autoridades reconocieran la ley en sí, y han sacrificado a esta tremenda espera la ley misma de la humanidad, la que viene primero y encima de cualquier otra, y que a sus ojos no se había jamás ocultado.

Una vez más, a través de una familia, la ley del amor se mide con la del estado, y de una religión que no debería ser de estado, y que la ley del amor se ha defendido tenazmente, hasta la abnegación. Ha deseado aquello que la esperaba: "la luz del sol". No se ha cansado, esta vez, no en el gesto comprensible y tal vez al fin admirable que cortase y separase la persona del estado, ni menos el compromiso tácico e hipócrita que a menudo suple a la obtusidad: ha sido una paciencia que debería llamarse heroica, si las mismas palabras demasiado fuertes le fuesen extrañas. Escuchaba la respuesta de Beppino Englaro ayer, en el sitio de este diario, y me asustaba la calma racional y argumental bajo la cual apenas se sentía la tempestad ("Cuando la veo, rompería el mundo", había dicho, diez años atrás). ¡Un importante monseñor ayer ha querido invitar a una "menor emotividad"!. Ha querído todavía evocar apelaciones e impugnaciones y anulaciones y repensamientos, ha querido todavía llamar con el nombre ultrajoso de eutanasia la ratificación de un final que ya se ha consumado un tiempo inmemorable atrás. Como delante de las puertas de Welby, se siente la falta de este llamado: Dios lo perdone. Por todos estos años el señor Englaro ha esperado de poder usar el minúsculo adverbio "más", y ayer lo ha hecho. ¿Qué piensa de la polémica? - le preguntaban.

"No me toca más. No me importa más". Más - he aquí la palabra de la liberación. De ahora en adelante, ha dicho, esto vuelve a ser un asunto puramente familiar. Le han preguntado "¿A quién querría ver, con quién querría estar en un momento como éste?". "Me basta mi mujer". Era impresionante y grandioso el modo bárbaro de ser padre de Taras Bulba, y bellísimo el modo de ser madre y padre de los señores Englaro. Espero que la voluntad de discreción no menoscabe el sentimiento con el cual tantos de nosotros hemos escuchado la sentencia de ayer, pero es un hecho que cuando el azar, y aquél azar especialmente traidor que es la desgracia, pone en el fuego a gentes que saben tener su propia cerca privada, queda aún más claro el contraste con el espectáculo público y la cotidianidad de la lotería de fin de año. "Estamos orgullosos de vivir en un estado de derecho", ha dicho también el señor Englaro. Esta es una frase apropiada en este momento, y que contrasta con este momento. Y se ha cuidado de decir qué era antes de ayer, este estado, cuando sentenciaba a prisión perpetua en su lecho a el "purasangre de la libertad" que era Eluana.

Las preguntas de la vida y de la muerte andaban atravesando la política, que prefería dejarle a médicos brujos, curas y médicos, salvo que en su propia versión especializada, la cuestión de la guerra y de la paz, esto es, de guerra. Ahora que no puedo ser menos, ahora que la vida de los viejos no quiere terminar, y las máquinas hacen milagros, y los cuerpos de buena vida quieren asegurarse cuerpo de escolta, la política no puede seguir volteando la cabeza hacia otra parte. Pero continúa haciéndolo. A volver a invocar certezas de cura, objeciones de conciencia de médico, íntimas indiscreciones de magistrado, y unguentos de médico brujo.

10 de Julio del 2008 - ADRIANO SOFRI - Repubblica


La respuesta del vaticano es alucinante: "haría falta limitar cualquier decisión sobre la vida de las personas y se debería garantizar a cada ciudadano la certeza de que el valor de su existencia no será deteminado en base a ninguna concepción antropológica particular."

Los derechos reproductivos en el mundo

Una encuesta de WorldPublicOpinion.org, reveló que en 17 de los 18 países en que se realizó la encuesta, la mayoría rechazaba las penas criminales, como las multas o la prisión, para el aborto.

La encuesta fue realizada a más de 18,000 personas en un grupo de 18 países, que representan más del 59% de la población mundial. En 9 de los países encuestados, la mayoría consideraba que los gobiernos debían dejar estos asuntos a los ciudadanos como individuos. En otros 7 países, las mayorías consideraban que el gobierno debía ocuparse del tema del aborto, pero no por medio de sanciones criminales, sino mediante educación sexual, servicios de orientación y de adopción.

Sólo uno de los países --Indonesia, el país con la población de musulmanes más grande del mundo-- mostró una preferencia mayoritaria hacia el uso de multas o penas de prisión para detener el aborto.

"Mientras que al parecer la mayoría de la gente del mundo no se siente cómoda con el tema del aborto, pocos piensan que el gobierno debería usar medidas punitivas para intentar prevenirlo", dijo Steven Kull, el director de WorldPublicOpinion.org. "Claramente muchos gobiernos alrededor del mundo que usan sanciones criminales para intentar prevenir el aborto no van al mismo paso que sus ciudadanos". Tony Blair, que fuera primer ministro británico hasta el 2007, expresaba esta misma idea hace unos años así: "A pesar de que no me guste la idea del aborto, uno no debería convertir en criminal a una mujer que, en circunstancias muy difíciles, toma esta decisión".

La disonancia que genera el aborto entre los gobiernos y el público tiene consecuencias muy graves. 80.000 mujeres mueren cada año por abortos practicados en condiciones sanitarias precarias.

Además, uno de los mensajes más repetidos que la propaganda anti-choice ("pro-vida") esparce por el mundo, particularmente en países católicos pobres, es la idea de que legalizar el aborto aumenta la tasa de abortos. Y esto no es así.

El aborto se produce en igual proporción en países en que está penalizado y en países en que no está penalizado. El Dr. Paul Van Look, director del Departamento de Salud e Investigación Reproductiva de la Organización Mundial de la Salud, plantea los resultados de los estudios de su grupo así: "Lo que vemos es que la ley no influye en la decisión de abortar de una mujer. Si hay un embarazo no planificado, no importa si la ley es restrictiva o liberal" -pero- "donde el aborto está despenalizado se provee de una manera segura, y lo opuesto es también cierto: donde está penalizado, es frecuentemente inseguro, realizado en condiciones insalubres por gente poco entrenada".

Claramente, los ciudadanos de muchos países se dan cuenta de esto y tienen una actitud frente al aborto completamente distinta a la que tienen sus gobernantes. Por ejemplo, de acuerdo a esta encuesta las mayorías en México y en Polonia, dos países en que la iglesia católica tiene mucho poder y que tienen leyes muy restrictivas contra el aborto, creen que la decisión de terminar el embarazo debe dejarse a la mujer (66% y 70% respectivamente).

Chile es uno de los únicos países del mundo donde abortar es un delito en caso de que una mujer corra peligro de muerte o que haya sido violada, delito que tiene una pena que comienza en el presidio menor en su grado máximo (3 años y 1 día). En Chile, una encuesta del 2006 indicaba que el 62% de las mujeres aprueban despenalizar el aborto y una encuesta del 2007 muestra que más del 56% quisiera legalizar el aborto en algunas circunstancias.

Fuentes: BBC (Marzo 2005), La Nación (Nov 2006), New York Times (Oct 2007), AntiMedios/UDP (Dic 2007), Taringa (Feb 2008), World Public Opinion (Jun 2008), AlterNet (Jun 2008).

El habeas corpus existe todavía

A menudo no me intereso en el mundo de las leyes y el derecho, porque me parece, como dice la Yourcenar “un matorral donde las gentes honestas no animan a aventurarse, mientras los bandidos prosperan a su abrigo".

Sin embargo, el veredicto que concedió el derecho a presentar un recurso de amparo (habeas corpus) a los detenidos en la prisión de Estados Unidos en Guantánamo es extremedamente interesante. El caso en cuestión es Boumediene vs. Bush.

El recurso de amparo (habeas corpus, del latín “[ordenamos que nos] traigan el cuerpo") es reconocido por casi todos los sistemas legales y corresponde a la orden judicial de que un detenido sea presentado frente a un tribunal por sus captores y las razones de su detención explicadas. Casi todos los sistemas legales del mundo reconocen a un detenido el derecho a solicitar este recurso. Es un derecho fundamental para evitar la detención arbitraria, que es uno de los peores actos de una tiranía.

Como escribió Blackwell en 1760: “Quitarle a alguien la vida, o mediante la violencia confiscar su patrimonio, sin acusasión o juicio, sería un acto tan grosero y notable de despotismo, que de inmediato desataría la alarma de la tiranía a través de todo el reino. Pero confinar a una persona, secretamente metiéndole en prisión, donde sus sufrimientos sean desconocidos u olvidados, es menos público, menos chocante, y por lo tanto un mecanismo más peligroso de un gobierno arbitrario".

La historia en que se enmarca la sentencia sobre el recurso de amparo para los presos en Guantánamo comienza hace más de seis años. El 20 de Enero del 2002 la marina estadounidense estableció un campo de detención en Bahía Guantánamo, adonde 775 detenidos han sido llevados y donde permanecen cerca de 270. Para el gobierno de Estados Unidos, los detenidos no son prisioneros de guerra, sino “combatientes enemigos" no protegidos por la Convención de Ginebra. Además, Bahía Guantánamo no es territorio de Estados Unidos, sino territorio Cubano arrendado a los Estados Unidos a perpetuidad.

En efecto el lugar es territorio cubano arrendado a los Estados Unidos, de hecho se trata de una base militar bastante grande donde hay incluso un McDonalds. La pregunta ante la corte es si los presos en Guantánamo pueden solicitar un habeas corpus siendo que la prisión está en control de facto, pero no de jure, de los Estados Unidos.

Desde el 2002, más de 200 de los presos han hecho peticiones de recursos de amparo que llegaron a la corte suprema en el 2004, siendo concecido su derecho a presentar dichas peticiones. El año 2005, el congreso de Estados Unidos pasó una ley (Detainee Treatment Act of 2005) cuyo objetivo fundamental era prohibir expresamente la tortura de los detenidos, pero que también indica que “ninguna corte, juez, o jurado tendrá juridicción para oír o considerar una petición de recurso de amparo realizara por, o en representación de, un extranjero detenido por el Departamento de Defensa en Bahía Guantánamo, Cuba"

La ley del 2005 se aplica solamente a las nuevas peticiones de recurso de amparo, por lo que una enmienda del 2006 (Military Commissions Act of 2006) establece que las peticiones actuales estaban incluídas: “ninguna corte, juez, o jurado tendrá juridicción para oír o considerar ninguna otra acción congre los Estados Unidos o sus agentes con respecto a ningún aspecto de la detención, transferencia, tratamiento, juiricio o condiciones de confinamiento de un extranjero que sea o haya sido detenido por los Estados Unidos y que haya sido declarado por Estados Unidos como apropiadamente detenido como combatiente enemigo, o que esté esperando esta declaración".

Durante el año 2007 se consigue llegar a la corte suprema solicitando que este aspecto de la ley sea declarado inconstitucional.

Los padres fundadores de Estados unidos reconocían que evitar la detención arbitraria es fundamental. “La experiencia les había enseñado, sin embargo, “ -- escribe el juez Anthony Kennedy que redacta la opinión de mayoría -- “que el derecho consuetudinario es a menudo insuficiente para proteger contra los abusos del poder monárquico. La historia aconsejaba la necesidad de incluír algo específico en la constitución para asegurar su lugar en nuestro sistema legal".

De hecho, la constitución de Estados Unidos establece en su Artículo I, sección 9, párrafo segundo: “El Privilegio de solicitar un Habeas Corpus no se suspenderá, excepto cuando en casos de rebelión o de invasión la segudad pública así lo requiera". La sentencia indica que los comités de revisión militares establecidos en las leyes del 2005 y 2006 citados más arriba no son un substituto adecuado del habeas corpus.

La sentencia les explica al Ejecutivo y al Congreso de Estados Unidos, con una simplicidad casi pedagógica, por qué en este caso urge más aún tratar a los detenidos con justicia. Dice: “Cuando una persona es detenida por una orden ejecutiva, en vez de ser, digamos, juzgado y condenado en una corte, la necesidad de una revisión colateral presiona más aún. Una condena criminal en el sentido usual ocurre despues de un proceso judicial antre un tribunal desinteresado en el resultado y comprometido con los procedimientos diseñados para asegurar su propia independencia. Estas dinámicas no son inherentes a las ordenes de detención ejecutivas ni a los procesos de detención ejecutivos".

En este caso, la detención indefinida en un limbo judicial no es aceptable bajo ninguna circunstancia, ni siquiera en un país que se encuentre en alerta naranja permanente. “Las leyes y la constitución están diseñadas para sobrevivir, y para seguir en vigor, en tiempos extraordinarios".

Amnistía Internacional lleva a cabo una campaña: Tear it Down, para echar abajo las detenciones ilegales de Estados Unidos y ya han recolectado más de 130,000 firmas por todo el mundo. Esta campaña forma parte de un esfuerzo más grande que muestra cómo la guerra contra el terror ha producido el menoscabo de los derechos humanos e introducido prácticas prohibidas hace mucho tiempo, en nombre de la seguridad nacional:

Fuentes: Boumediene vs. Bush (134 páginas PDF), Wikipedia, From Revolution to Reconstruction, DTA 2005 (PEGC), Amnistía Internacional.

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