Una reflección de Cory Doctorow en BoingBoing.
Algo que creo que se pierde en el debate sobre DRM: el Gran Contenido no quiere DRM porque quieran entrar en una era de tecnologías de control totalitario; no quieren filtros de copyright porque quieran hacer más fácil el trabajo del censor; no quieren mayor responsabilidad civil de los intermediarios [del contenido generado por usuarios] porque quieran extinguir la facilidad de la expresión personal y la acción colectiva.
Quieren estas cosas porque quieren ganar más dinero.
Pero son indiferentes al punto de las depravadas consecuencias totalitarias, censuradoras y restrictivas del DRM, de los filtros y de la responsabilidad civil aumentada.
No se trata de villanos acicalándose los bigotes en forma siniestra. Son avaros, miopes provincianos e hipercompetitivos machos que no quieren ver las consecuencias más allá de los beneficios de corto plazo. Piensan sólo en cómo hacer que las cosas funcionen, no en cómo fallarán.
Cuando nosotros (nosotros -- yo lo hago, todo el tiempo) nos enfocamos en las consecuencias para la cultura y la creatividad, permitimos que este debate sea definido en términos de quién tiene derecho a remezclar qué; o si tú tienes que comenzar a pagar por el uso de bienes culturales. Se trata de temas importantes.
Pero están en un distante segundo lugar comparados con la re-arquitectura de nuestras leyes y tecnologías para crear las precondiciones para la represión, la corrupción, y la supresión del que disiente.
Ésa es la pelea real: ¿estamos dando forma a un mundo en que nuestros hijos serán capaces de unirse sin esfuerzo y mejorar a sus vecinos? ¿donde serán capaces de luchar contra la corrupción y hacer que sus líderes sean responsables? ¿donde serán capaces de participar y ayudar a otros a participar?
¿O le permitiremos a una pequeña banda de empresas de entretenimiento egoístas y cortas de vistas comprometer fatalmente la infraestructura del siglo XXI para añadir unos pocos puntos a su línea base de ganancias?
Original: Cory Doctorow, 2010-05-09.