El experimento Joshua Bell
Si encontramos que La Gioconda (La "Mona Lisa") de Da Vinci es un bello cuadro, o que el David de Michelangelo es una bella escultura ... los encontramos bellos porque los expertos dicen que son bellos, porque están en famosos museos, porque son obras famosas, ¿o porque realmente son bellos?. Si no fuera por todo lo que rodea a estas obras ¿las apreciaríamos?. Puesto de otro modo: ¿podemos apreciar el arte sin el contexto apropiado?.
El Washington Post hizo un interesante experimento para esto. Los protagonistas: el metro de Washington y uno de los más prodigiosos intérpretes de violín vivos.
Joshua Bell es un violinista consagrado que ha recibido numerosos reconocimientos y tocado con las más prestigiosas orquestas. Su educación musical comenzó a los 4 años de edad (!), y entre sus premios destaca (por lo inusual) un Grammy.
El experimento se realizó el día Viernes 12 de Febrero del 2007, a las 8 de la mañana. El violinista interpretó un concertino de 45 minutos, y su instrumento fue el mismo que utiliza para sus demás actuaciones en público: un violín Stradivarius que tiene 300 años y está avaluado en 3 millones de dólares.
Durante su performance, 1097 personas pasaron delante de él (ver video más abajo en el artículo). De ellas sólo unas pocas se detuvieron a escuchar, y el total de propinas que recibió fue unos miserables 32 dólares y 17 céntimos.
Para el experimento, se pidió a la gente su número de teléfono para una encuesta, poco después de pasar frente al violinista, indicando que se trataba de una encuesta sobre el metro. De las 40 personas a las que se llamó ese día en la tarde para preguntarles si habían visto algo inusual, sólo una pudo reconocer que el violinista que había escuchado en el metro ese día era excepcional:
"There was a musician playing at the top of the escalator at L'Enfant Plaza."
Haven't you seen musicians there before?
"Not like this one."
What do you mean?
"This was a superb violinist. I've never heard anyone of that caliber. He was technically proficient, with very good phrasing. He had a good fiddle, too, with a big, lush sound. I walked a distance away, to hear him. I didn't want to be intrusive on his space."
Really?
"Really. It was that kind of experience. It was a treat, just a brilliant, incredible way to start the day."
Las restantes 39 personas ni siquiera mencionaron al violinista como algo especial visto en el metro ese día.
La conclusión del experimento fue bastante clara: necesitamos un contexto para apreciar la belleza. La opinión de expertos, la fama, el glamour, el escenario, y todas las demás cosas que rodean a una pieza de arte, son tanto o más importantes que la pieza en sí.
Artículo original en Washington Post, incluye video:
Gene Weingarten, Pearls Before Breakfast — The Washington Post, 8 de Abril del 2007 pág. W10.