La guerra contra las drogas
Boston, 2 de Junio del 2005.- Se dió a conocer un estudio encargado por el grupo reformista Marijuana Policy Project (MPP) al economista Dr. Jeffrey Miron, de la Universidad de Harvard. La pregunta del estudio era: ¿cuánto cuesta en Estados Unidos la prohibición del consumo de marihuana, y cuánto se podría ahorrar si se reemplazara la prohibición por un esquema de control e impuestos?. La idea es comparar la política actual con un esquema similar al que se utiliza para el tabaco y el alcohol.
Tras meses de trabajo, las conclusiones del estudio hablan por sí mismas: 7.000.000.000 (siete mil millones) de dólares podrían ahorrarse cada año, y además de ese ahorro, se podrían recaudar 6.000.000.000 (seis mil millones) de dólares extra en impuestos. La metodología usada y todos los datos que se usaron para hacer este cálculo están disponible en Internet en http://www.prohibitioncosts.org/
Además de su autor, más de 500 economistas liderados por el ganador del premio nobel Milton Friedman, firman el estudio y avalan tanto sus conclusiones como su recomendación: la guerra contra las drogas es extremadamente costosa, no genera beneficios significativos para la sociedad, y existe evidencia considerable de que la prohibición genera efectos colaterales dañinos.
Estos efectos colaterales, incluyen que la prohibición genera un negocio al márgen de la ley, sin control alguno, que no paga impuestos y que es administrado por mafias por medio de la violencia y la corrupción. Incluyen también que un porcentaje altísimo de los jóvenes de las minorías raciales –hispanos y afroamericanos– pasan por la cárcel alguna vez, la mayoría por cargos relacionados con la posesión de cantidades menores de marihuana.
Friedman, uno de los defensores más fervientes del capitalismo, no basa su demanda de la legalización en el argumento de las libertades individuales. Más bien –dice el economista– se trata de un asunto de humanidad. Es inhumano que se continúe con una política que produce más muertes que las vidas que supuestamente salva, y es inhumano que se niegue la marihuana para uso médico a los enfermos que la requieran.
El término de la prohibición tiene diversas expresiones, e incluye la despenalización completa como en Holanda, o ciertas opciones intermedias como: la creación de grupos de reparto de marihuana para uso medicinal (como en Canadá o algunos estados de Estados Unidos), o cambiar las penas de cárcel por una multa en caso de que la cantidad sea pequeña (como en algunas ciudades de Inglaterra).
En todos los casos los resultados también avalan una conclusión de sentido común: la "guerra contra las drogas" es un pésimo negocio para los países que se embarcan en ella, y no hay ninguna razón para no dar a la marihuana el mismo tratamiento que se da al alcohol y el tabaco: regulación y tasación. La teoría y la práctica apuntan a la necesidad de una discusión informada sobre cómo cambiar el esquema prohibicionista, costoso e ineficaz, por uno que permita enfrentar el problema de la adicción a las drogas desde una perspectiva racional, de salud pública y de educación.