Patricio Bañados

BBC Mundo tiene une especial sobre los 20 años del triunfo del NO en Chile el 5 de Octubre de 1988. En esta fecha, de acuerdo a la constitución promulgada fraudulentamente por Pinochet en 1980, se realizó una consulta popular en la que la junta de gobierno proponía a Augusto Pinochet como presidente por un período de 8 años (de 1988 a 1996). De haber prosperado esta candidatura, Pinochet hubiera gobernado Chile por más de 23 años en forma continuada.

Uno de los entrevistados en el especial de la BBC es el periodista Patricio Bañados, que fue el rostro de la campaña televisiva en favor de la opción NO del plebiscito. Esta franja fue esencial para el triunfo de la oposición, y contó con la adhesión de prácticamente todo el mundo del arte, las letras y la cultura, que poco a poco y lideradas por los primeros que dieron la cara, como Bañados, se atrevieron a declarar abiertamente que votarían NO a Pinochet, y consiguieron ¡en un mes! despejar los miedos de muchísimos chilenos que se atrevieron a decir que no.

“La franja fue maravillosamente bien hecha, era alegre, era de buen humor, era de buena voluntad, eso se reflejaba. Porque colaboraron en ella prácticamente todos los creativos de este país” (Patricio Bañados a la BBC, 2 Octubre 2008)

La dictadura fue obviamente un tiempo difícil para la cultura en Chile. Recuerdo cuando niño un día estaba almorzando y en la televisión daban un anuncio sobre leche “loncoleche” protagonizado por Héctor Noguera. Mi madre se puso muy triste, me dijo, “Héctor Noguera es profesor de teatro en la universidad” (U. Católica de Chile) “es una pena que tenga que hacer esto”. Años más tarde tendría la ocasión de ver a Noguera, magnífico, interpretando al Rey Lear, y disfrutaría divertido al ver que gran parte del mundo hispano lo conoció como el patriarca de la famosa telenovela “Machos”.

La misma pena que mi madre sintió al ver a Noguera anunciando una leche la sentí años más tarde cuando Patricio Bañados apareció anunciando la margarina Kraft. Entonces ya le había escuchado en la radio y leído algunos de sus artículos. Me fascinaban sus anécdotas de sus viajes como periodista internacional, y soñaba con ser como él y que el mundo entero fuera mi lugar de trabajo. Me gustaban, y me gusta todavía, su actitud y su humor sutil, mezcla de caballero chileno simple más un aire digno, pero sin llegar a ser flemático, producto tal vez de años trabajando para la BBC.

Cuando se puso al frente de la campaña del NO, cuando dio la cara, fue protagonista de una pieza fundamental de la historia de Chile, pero lo hizo a costa de un gran riesgo personal. A nosotros nuestros papás nos tenían prohibido estrictamente expresar cualquier opinión política en público, pero nos llevaban a las marchas, a las protestas, porque les parecía importante que escucháramos los discursos, que viéramos lo que estaba pasando, que nos diéramos cuenta de que la dictadura no era una situación normal. Pero por otra parte había riesgo en la disidencia, 30 mil personas fueron torturadas y más de 3 mil murieron, y Bañados por su atrevimiento vivió constantemente amenazado:

“El hecho de haber sido la cara visible de la Franja del No, me significó en el momento amenazas de muerte para mí y mis hijas de 14 y 16 años. 'Sabemos la hora que sales del colegio', eran el tipo de llamadas telefónicas que recibieron. Para qué decir de las que recibí yo. Pero lo que puede parecer increíble es que, por lo menos, durante 10 años fui agredido innumerables veces; aunque siempre 'a la chilena', de manera cobarde.” (Patricio Bañados al ICEI, 5 Octubre 2007).

La campaña del NO tenía por slogan “la alegría ya viene”. Y la noche del 5 de Octubre de 1988 la alegría llegó. Y al día siguiente, la gente salió a la calle a cumplir lo que Salvador Allende había deseado en su último discurso:

“Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.“ (Salvador Allende, Radio Magallanes, 11 Septiembre 1973)

Pero la alegría no llegó. Patricio Bañados lo resumiría en una muy frase potente que fue recogida por muchos medios: “Me gustaría puntualizar que en el plebiscito del 88 ganó el Sí. Hubo más gente que votó que No, pero ganó el Sí”. Todo siguió igual. Los que se habían enriquecido aprovechando sus contactos con el gobierno dictatorial conservaron su riqueza. Los que se habían empobrecido al aplastarse todo intento de negociación salarial por la fuerza, conservaron su abundante pobreza.

Un país fundado hace más o menos 200 años basado en una lógica latifundista y de explotación, siguió siendo, y es hasta la fecha, uno de los países con peor distribución del ingreso del mundo. En Chile el 10% más rico gana 32 veces más que el 10% más pobre. En Estados Unidos el 10% más rico gana 16 veces lo que el 10% más pobre, en la Unión Europea alrededor de 10 veces, y países como Austria, Suecia o Alemania tienen este índice en alrededor de 7. En términos de distribución de ingreso Chile está en la liga de países como Zambia, Nigeria o Honduras. Mientras sus otros indicadores muestran desarrollo, los pobres son explotados como en los países más pobres del mundo.

Había un acuerdo para que nada cambiara. Bañados afirma que si no hubiera sido por los españoles y los ingleses que lo detuvieron, y los estadounidenses que hicieron públicas sus cuentas secretas, Pinochet hubiera tenido un funeral con honores en Chile, que lo único que quería la oposición a Pinochet era el poder, nada más:

“Aylwin [el primer presidente después de Pinochet] dijo, a los dos años, “la transición ha terminado”. ¡Ha terminado! Con los asesinos caminando por la calle, mientras los periodistas que habíamos luchado teníamos que escondernos; con Pinochet como comandante en jefe del Ejército; con la misma Constitución; con tribunales militares juzgando a civiles. Es que en realidad lo único que ellos querían era estar “ahí”, cosa que a mí personalmente me importaba un pito.” (Patricio Bañados al ICEI, 5 Octubre 2007).

Después de alcanzado el poder, a Patricio Bañados le dieron la espalda. Se le cerraron puertas, se le relegó a un segundo plano. La concertación que organizó la campaña, le tachó como “personaje que divide”, porque le recordaba al país que había existido un enfrentamiento que lo único que “todos” (los que se habían beneficiado de dicho enfrentamiento) querían olvidar. Bañados no se arrepiente de haber liderado, no se siente utilizado. Pero recibió lo que se conoce como el “pago de Chile”, que el clavo que más sobresale es el que recibe el martillazo primero:

“Cuánta gente, a lo mejor salvó su vida, gracias a que ganamos el plebiscito. Por lo tanto yo no me puedo arrepentir de eso. Pero personalmente, nada me ha hecho tanto daño en la vida como haber protagonizado la franja del no.” (Patricio Bañados a la BBC, 2 Octubre 2008)

Bañados no tiene vocación de mártir. Pocas, poquísimas veces, se ha quejado, y cuando lo ha hecho, no ha sido para que lo aplaudan ni para que le den una medalla, aunque es uno de los hombres más grandes del siglo XX en Chile:

“Yo he trabajado en muy buenos puestos en el extranjero, lo que me ha dejado un buen pasar. Así que no hablo desde la herida. Lo único que quería era que cambiara este modelo económico, que lo proclaman como un éxito. ¿Cómo puede proclamarse como exitoso un modelo que crea una de las diferencias más grandes en el mundo entre los que tienen y los que no tienen?” (Patricio Bañados al ICEI, 5 Octubre 2007).

Hace un par de años, al terminar su carrera televisiva de 45 años con el fin de su contrato con Televisión Nacional de Chile, seguía nadando contra la corriente, pidiendo insistentemente más programas de contenido en la televisión, más cultura para el pueblo:

“Yo he tenido una vida muy satisfactoria, no estoy pidiendo nada para mí. Lo que estoy diciendo es por qué no le damos a otros lo que algunos hemos tenido la suerte de tener. Y esos otros son justamente las personas más necesitadas, que no se pueden pagar viajes ni grandes espectáculos ni libros. Ahí debiera ocupar un papel importante la televisión que llega gratis a todo el país con programas que enriquezcan, pero en cambio entrega como modelo a los niños, por ejemplo, que meneándose van a surgir y llegar a la fama [...] Yo no tengo nada por qué llorar. Lo único que me hace llorar es la televisión chilena, por la posibilidad que tenemos de educar a un pueblo sediento de educación. Es lo único que lamento.” (La Nacion Domingo, 31 Diciembre 2005)

Me saco el sombrero ante un grande.



Fuentes: