Consecuencias ¿Inesperadas?

El Informe Mundial sobre Drogas 2008 de las Naciones Unidas menciona en esta edición el principal logro de la llamada guerra contra la droga. En 1908 el uso de Opio en el mundo era del 1.5%, ahora es del 0.25%.

Después de felicitarse a sí mismos por este triunfo, pasan a elaborar sobre lo que llaman las "consecuencias inesperadas" de esta guerra:

1. La creación de un mercado negro criminal de alcances internacionales. Existen mucho criminales deseosos de entrar en un negocio en el que fácilmente hay un factor de 100 entre el precio de compra al productor y el precio final que paga el consumidor.

2. Grandes sumas de dinero han sido desplazadas por la guerra contra las drogas, principalmente de ítems como salud o educación, dineros que se gastan ahora en policía y represión.

3. La producción se ha desplazado de una zona a otra. En lo que el informe llama el efecto globo (apretas en una parte y se hincha otra), si bien la producción mundial está estabilizada, esta se va moviendo de zonas donde hay más control a zonas donde hay menos.

4. El uso cambia de unas drogas a otras. Por ejemplo, la cocaína es más fácil de controlar que la anfetamina, lo que significa que consumidores que no encuentran cocaína se cambian a anfetaminas o drogas sintéticas que se pueden producir, literalmente, incluso en una cocina.

5. Los adictos son marginalizados por los sistemas legales y de salud. La adicción es un problema de salud y debe ser tratado como un problema de salud, sin embargo los adictos a menudo son excluídos y estigmatizados en vez de recibir tratamiento.

El informe de las Naciones Unidas muestra también que el uso de marihuana y otras drogas en general se ha mantenido constante en el tiempo. Respecto a la marihuana, Norteamérica y Europa muestran las cifras más altas de consumo, donde un 15% y un 10% de los adultos dice que ha consumido marihuana en el último año respectivamente. La gente que la ha probado alguna vez en su vida es aproximadamente un 40% en Norteamérica y un 20% en Europa.

A pesar de que Estados Unidos arresta a 830.000 personas cada año para luchar contra la droga, su tasa de consumo ha permanecido estable casi durante los últimos 16 años.

El uso de drogas no disminuye con el uso de una política represiva. En eso el informe es clarísimo:

"Clearly, by itself, a punitive policy toward possession and use accounts for limited variation in nation-level rates of illegal drug use.

Claramente, en sí misma, una política punitiva contra la posesión y uso es responsable de una limitada variación en la tasa de uso nacional de uso de drogas."

Tampoco el uso de otras drogas más fuertes y adictivas es modificado por una política represiva que malgasta recursos y crea criminales. Por ejemplo en Holanda el 1.9% de las personas ha probado cocaína en toda su vida, mientras que en Colombia el 4.0% y en Estados Unidos el 16.2%.

No es porque la gente de los Estados Unidos tenga genéticamente una predisposición mayor a la adicción o mayor curiosidad o menor autocontrol. Es simplemente porque en política contra las drogas han tomado cada mala decisión que podían tomar, y se han subido a un tren que no conduce a ninguna parte, a una guerra contra las drogas que no debió haber empezado, y que no puede ser ganada.

Toda la penalización respecto a la posesión y uso de marihuana por parte de adultos deberían ser retiradas. En su lugar, la marihuana puede ser objeto del mismo tipo de controles y tasas que se aplican en el alcohol y el tabaco, y parte del dinero de esos impuestos puede ir a campañas educativas que ayuden a evitar el uso irresponsable y las adicciones. El uso recreativo de drogas por parte de adultos puede encausarse de forma positiva. Lo primero que hay que hacer es dejar la hipocresía y tomar una actitud más racional sobre el problema de la adicción, y dejar de insistir en políticas que tienen más costos que beneficios.

Fuentes: AP Photo, AlterNet, UN World Drug Report 2008, Norml.


Ver también: Los costos de la guerra con la droga.