Los derechos reproductivos en el mundo

Una encuesta de WorldPublicOpinion.org, reveló que en 17 de los 18 países en que se realizó la encuesta, la mayoría rechazaba las penas criminales, como las multas o la prisión, para el aborto.

La encuesta fue realizada a más de 18,000 personas en un grupo de 18 países, que representan más del 59% de la población mundial. En 9 de los países encuestados, la mayoría consideraba que los gobiernos debían dejar estos asuntos a los ciudadanos como individuos. En otros 7 países, las mayorías consideraban que el gobierno debía ocuparse del tema del aborto, pero no por medio de sanciones criminales, sino mediante educación sexual, servicios de orientación y de adopción.

Sólo uno de los países --Indonesia, el país con la población de musulmanes más grande del mundo-- mostró una preferencia mayoritaria hacia el uso de multas o penas de prisión para detener el aborto.

"Mientras que al parecer la mayoría de la gente del mundo no se siente cómoda con el tema del aborto, pocos piensan que el gobierno debería usar medidas punitivas para intentar prevenirlo", dijo Steven Kull, el director de WorldPublicOpinion.org. "Claramente muchos gobiernos alrededor del mundo que usan sanciones criminales para intentar prevenir el aborto no van al mismo paso que sus ciudadanos". Tony Blair, que fuera primer ministro británico hasta el 2007, expresaba esta misma idea hace unos años así: "A pesar de que no me guste la idea del aborto, uno no debería convertir en criminal a una mujer que, en circunstancias muy difíciles, toma esta decisión".

La disonancia que genera el aborto entre los gobiernos y el público tiene consecuencias muy graves. 80.000 mujeres mueren cada año por abortos practicados en condiciones sanitarias precarias.

Además, uno de los mensajes más repetidos que la propaganda anti-choice ("pro-vida") esparce por el mundo, particularmente en países católicos pobres, es la idea de que legalizar el aborto aumenta la tasa de abortos. Y esto no es así.

El aborto se produce en igual proporción en países en que está penalizado y en países en que no está penalizado. El Dr. Paul Van Look, director del Departamento de Salud e Investigación Reproductiva de la Organización Mundial de la Salud, plantea los resultados de los estudios de su grupo así: "Lo que vemos es que la ley no influye en la decisión de abortar de una mujer. Si hay un embarazo no planificado, no importa si la ley es restrictiva o liberal" -pero- "donde el aborto está despenalizado se provee de una manera segura, y lo opuesto es también cierto: donde está penalizado, es frecuentemente inseguro, realizado en condiciones insalubres por gente poco entrenada".

Claramente, los ciudadanos de muchos países se dan cuenta de esto y tienen una actitud frente al aborto completamente distinta a la que tienen sus gobernantes. Por ejemplo, de acuerdo a esta encuesta las mayorías en México y en Polonia, dos países en que la iglesia católica tiene mucho poder y que tienen leyes muy restrictivas contra el aborto, creen que la decisión de terminar el embarazo debe dejarse a la mujer (66% y 70% respectivamente).

Chile es uno de los únicos países del mundo donde abortar es un delito en caso de que una mujer corra peligro de muerte o que haya sido violada, delito que tiene una pena que comienza en el presidio menor en su grado máximo (3 años y 1 día). En Chile, una encuesta del 2006 indicaba que el 62% de las mujeres aprueban despenalizar el aborto y una encuesta del 2007 muestra que más del 56% quisiera legalizar el aborto en algunas circunstancias.

Fuentes: BBC (Marzo 2005), La Nación (Nov 2006), New York Times (Oct 2007), AntiMedios/UDP (Dic 2007), Taringa (Feb 2008), World Public Opinion (Jun 2008), AlterNet (Jun 2008).