Agnus Dei, o la Contabilidad Moral Cristiana

"Agnus Dei" significa "Cordero de Dios". Jesús de Nazareth es considerado por los seguidores del cristianismo como el "cordero de dios". ¿Qué significa esto?.

Uno de los conceptos centrales de muchos sistemas morales es lo que algunos autores denominan la "contabilidad moral". Esta es una metáfora moral mediante la cual, cada vez que hacemos algo malo, quedamos en deuda, y haciendo cosas buenas, podemos saldar esa deuda.

La idea no es, para que se entienda claramente, que cada uno lleve un libro de cuentas con sus acciones, pero sí que la idea de que las cosas malas se pagan (las deudas se pagan) está profundamente enraizada en nuestra concepción de moral.

Ciertas formas de auto-castigo pueden equilibrar nuestras cuentas y subir nuestro "saldo moral". Esta es la razón por la que el sacrificio de animales (algo valioso) era y es una práctica religiosa prevalente. Actualmente los Musulmanes cuando van a La Meca sacrifican una cabra, o algún otro animal, en conmemoración de cuando Dios le pide a Abraham que sacrifique a su único hijo -- pero en este caso Dios no aparece a última hora para cancelar el pedido. Los judíos sacrificaban animales a Dios antiguamente, y la idea de que Jesús es el "cordero de Dios" es precisamente que Dios ofrece algo muy valioso para que sea sacrificado.

George Lakoff en "Moral Politics" explica muy bien cómo entienden muchos cristianos (los que tienen una moral de "padre estricto") esta historia:


"Como están hechos de carne y hueso, los humanos son moralmente débiles. Esta debilidad moral inherente se llama Pecado Original, y se ejemplifica con la debilidad moral de Adán y Eva, que tuvo por consecuencia que Dios le quitara a los humanos la capacidad de vivir para siempre. Debido a su debilidad moral, todos comienzan con una gran deuda moral, suficiente para garantizar que la gente normal se irá al infierno.

Pero Dios amaba los humanos tanto, que quería ofrecerle a los humanos una forma de salirse de este horrible destino que resultaba de su naturaleza pecadora inherente, así que hizo de su único hijo un ser humano libre de pecados, es decir, sin deuda moral. Luego Dios permitió que su hijo fuera crucificado, y al hacerlo así lo hizo sufrir más que el posible sufrimiento de toda la humanidad combinada por siempre. A través de este sufrimiento, Jesús acumuló una tremenda cantidad de crédito moral, mucho más que lo necesario para pagar por el Pecado Original de toda la humanidad. A través de su crucifixión, Jesús pagó la deuda del Pecado Original de la humanidad. Esto le hizo posible a los seres humanos ir al cielo si eran suficientemente rectos.

Pero estaban también esos seres humanos que, en el curso de su vida, habían pecado tanto y se habían endeudado tanto moralmente que estaban destinados al infierno sin importar lo que hicieran durante el resto de sus vidas. Pero Jesús amaba a toda la gente tanto, incluyendo a esos pecadores, que sufrió en la cruz para pagar sus deudas morales también. Este fue un enorme acto de amor, pero no un acto de amor incondicional. Había una condición. Hubiese sido incorrecto dejar que los que hicieron el mal se fueran al cielo sin hacer mérito para llegar ahí. Eso hubiera sido deshacer el punto central del sistema de contabilidad moral, que es que la gente siga los mandamientos de Dios.

Así que Dios le ofreció a los pecadores un trato. Si se arrepentían de verdad, aceptándolo como su señor, se unían a su iglesia, y seguían sus enseñanzas por el resto de sus vidas, él pagaría también la deuda moral de ellos con su propio crédito moral de la crucifixión, dejándolos partir de cero. Sería como si volvieran a nacer, sin deuda moral. De esa forma se salvarían del infierno, él sería su salvador. Este contrato estaría disponible para todos los pecadores en cualquier momento.

Como parte del contrato, los pecadores deberían aceptar la autoridad de Dios y seguir los mandamientos por el resto de su vida. Esto sería difícil. Requeríría una personalidad que no tenían antes de nacer de nuevo, una esencia moral nueva -- no una podrida, sino una sólida.

Para adquirir esta esencia moral, debes tomar a Jesús en tu corazón. El corazón es el lugar metafórico de esta esencia moral. Debías tomar la esencia de Jesús y hacerla tú esencia. Esto no es tan fácil como suena.

Requiere construir fuerza moral a través de la auto-disciplina y la auto-negación. Requiere obedecer la autoridad moral, la autoridad moral de Dios, revelada a través de la Biblia y la Iglesia. Requiere mantenerse dentro de los límites morales y no desviarse de la senda correcta. Y requiere permanecer puro y recto. La oferta de Jesús no fue de amor incondicional, sino de amor difícil.

Desafortunadamente, hay un resquicio grande en este contrato. Como la gente se puede arrepentir en cualquier momento e igual ir al cielo, este es un incentivo para que la gente siga pecando todo lo posible. Luego, al último minuto, pueden arrepentirse e ir al cielo. Ése no es un incentivo para ser bueno; hace que seguir pecando sea provechoso hasta justo antes de morirse.

Este resquicio es cerrado con el juicio final, la idea de que, en algún momento que los humanos no pueden predecir, el mundo se acabará y los libros morales serán cerrados. En ese instante, serás juzgado, y si eres un pecador --si tienes más deberes que haberes morales al instante serás condenado eternamente al infierno. Dado que el juicio final puede suceder en cualquier momento, la única forma de garantizar que serás capaz de tomar ventaja del trato que Jesús ha ofrecido es aceptarlo inmediatamente."


¿Puede esta fábula ser la guía para un comportamiento moral? ¿Podemos construir una sociedad libre y feliz basada en un cuento de hadas como éste? De ninguna manera. Esta idea de Jesús sacrificado por Dios para Dios para pagar una deuda con Dios es estúpida, cruel, y dañina.

Está muy mal enseñarle a los niños a portarse bien basándose en este cuento. Los sacerdotes católicos en sus colegios hacen daño a los niños enseñándoles una moral basada en la culpa. Los pastores evangélicos hacen daño enganchando a los pobres y los desesperados con la misma historia absurda.

A los ateos y librepensadores siempre les preguntan ¿de dónde sacan su moral?. Francis Bacon dió una respuesta contundente hace 400 años:

El ateísmo deja al hombre el sentido, la filosofía, la piedad natural, las leyes, la reputación; todas las cuales pueden ser guías para una virtud moral si la religión no lo fuera; pero la superstición desmonta todas éstas, y erige una absoluta monarquía moral en las mentes de las personas.

Fotos: UniversalProject, ChaTo, Henribergius, Patrick Denker.