Tres cosas que realmente valen
Uno
Estoy tomando ron. Tiene un sabor fuerte y áspero al principio, que te hace cerrar los ojos y beberlo a besitos chicos; cuando lo tragas te quema, pero después te deja la gargante clara y una sensación tibia en la güata, exquisita. No te marea al tiro, pero cuando te toma los ojos chispean, la conversación fluye y te viene una risa de adentro sobre cualquier cosa.
Dos
Te metes en la cama calladita, en un mismo gesto mueves la frazada, apagas la luz y me abrazas. Afuera llueve. Nos susurramos cosas sin sentido. Nos acariciamos sin motivo. Nos amamos. Encendemos un cigarro. Te digo que te quiero, tú me lo dices a mí. Nuestro ritual termina donde empezó, con una sensación rica de quietud, con la lluvia afuera y dentro cariño y tibieza.
Tres
En el patio de la escuela tocan hoy tres músicos de la filarmónica de Santiago, dos violines y un chelo. El día está con un sol brillante y corre viento fresco que mueve las hojas de la árboles. Me siento en una banca cerca del trío, un buen libro, me recuesto y comienzo a leer. El estudiante que hizo el contacto toma el micrófono y dice "Ahora estos tres músicos nos presentarán a Mozart", los músicos y público nos reímos. Al rato empieza un concierto breve que suena excelente. Y la música, el sol, el viento y la lectura conforman una sensación que reblandece el alma y me deja el espíritu tranquilo y la mente serena.