Efecto reloj detenido

"Incluso un reloj detenido, da la hora correcta dos veces al día"

¿Alguna vez has apostado? Si lo haz hecho, dime que no es cierto lo siguiente: justo cuando estás por retirarte después de haber perdido durante harto rato, surge una pequeña desviación de la suerte que hace que creas que puedes ganar. Incluso si haz estado perdiendo consistentemente, siempre aparecen pequeños momentos en los que aparentemente estás ganando.

En el plano de las relaciones humanas, es típico encontrarse con parejas que se llevan pésimo, se la pasan peleando, pero que tienen ciertos instantes de paz que son decisivos al momento de decidir permanecer o no juntos. La relación puede estar desgastada, sucia, viciada, pero aún así aparecen momentos de bienestar.

Otro ejemplo: ¿Te haz preguntado por qué en el mundo, si tu auto tiene un extraño silbido o un traqueteo inquietante, la probabilidad de que suene al llevarlo al mecánico es asombrosamente baja? El motor experimenta un fenómeno similar al del apostador, en el sentido de que incluso si está fallando, tendrá en pequeños, pero importantes momentos, un comportamiento bueno; la ley de Murphy es la que altera el campo de probabilidad llevándolo cerca de los momentos en que hará más daño, pero detrás está el efecto que acabo de mencionar (para ser más exactos, la Ley de Murphy en realidad tiene que ver con nuestra percepción del hecho más que con el hecho en sí).

Propongo el nombre "Efecto Reloj Detenido" (Stopped Clock Effect) para este fenómeno, haciendo alusión a la frase que encabeza este artículo. No me cabe ninguna duda de que hay muchos más ejemplos, en todas las áreas, aquí he tratado de enumerar sólo unos pocos.