La Biblia en
2 Reyes 2:23-25 nos enseña a nunca burlarnos de un calvo:
23De Jericó, Eliseo se dirigió a Betel. Iba subiendo por el camino cuando unos muchachos salieron de la ciudad y empezaron a burlarse de él. «¡Anda, viejo calvo! —le gritaban—. ¡Anda, viejo calvo!»
24Eliseo se volvió y, clavándoles la vista, los maldijo en el nombre del Señor. Al instante, dos osas salieron del bosque y despedazaron a cuarenta y dos muchachos.
25De allí, Eliseo se fue al monte Carmelo; y luego regresó a Samaria.
Esta es palabra de Dios.
En
Hechos 1:16-18 también somos testigos de la venganza divina y aprendemos que, contrario a lo que sale en Jesucristo Superestrella, Judas no se suicidó colgándose:
16y [Pedro] les dijo: «Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús.
17Judas se contaba entre los nuestros y participaba en nuestro ministerio.
18Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras.
Esta es palabra de Dios.
Tal vez estos pasajes, entre otros, llevaron a Einstein a afirmar en 1954: "La palabra de dios no es para mí nada más que la expresión y el producto de la debilidad humana, y la Biblia una colección de honorables, pero primitivas leyendas que son sin embargo bastante infantiles. Ninguna intepretación, sin importar cuán sutil sea puede (para mí) cambiar esto."
Fuentes:
The Guardian,
BibleGateway.com. Cartoons por
Bob the Angry Flower.