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Carta a las parejas jóvenes

¿ Qué es ésto ?

Hola.

Mi hermano más chico tiene 11 años. Mi hijo tiene 4 años. Yo tengo 22. Para cuando ellos tengan mi edad yo voy a tener otra perspectiva de las cosas. Por ahora no pueden entenderme; así que escribo esto para no olvidar también, lo que ahora pienso y siento. Para decírselos más tarde.

No soy ningún conocedor. De nada. Aún soy estudiante (de Ingeniería) y por eso lo único que pretendo es ser de alguna utilidad a parejas jóvenes (¿15-22 años?) que están comenzando su vida sexual. No está dirigida a parejas ocasionales; ni es una guía para el sexo ocasional; sino más bien para parejas medianamente establecidas donde hay algún tipo de compromiso emocional fuerte de por medio.

En definitiva: AÚN soy un adolescente. Eso no es motivo para dejar de escribir, al contrario, es para escribir. Y no puedo evitar ser subjetivo. Este texto está basado en mis experiencias, y en las experiencias de algunas amigas y amigos que me han contado acerca de su intimidad.

Si no sonara demasiado rebuscado antes de cada oración tendría que poner "siento que?", "en mi opinión ?", "yo creo ?", pero por legibilidad lo he omitido, no porque sean verdades definitivas. Además, mi vida amorosa no ha sido un "éxito" en el sentido completo de la palabra, sino que ha estado llena de tropezones y bastonazos a ciegas ... por lo mismo, más que dar recetas, quiero contar como es este asunto de tener pareja para mí, desde una perspectiva personal.

La experiencia de cada persona es única y no creo que se pueda aprender realmente de las experiencias de otro, pero sí que se pueden enriquecer las propias experiencias conociendo otras visiones.

Introducción

Despierto, tiemblo al mirarte, dormido, me atrevo a verte, por eso, alma de mi alma, yo velo mientras tu duermes.

No todas las personas son iguales y pasan por las mismas experiencias. Pero hay historias que se repiten, como enamorarse muy enamorado y muy joven, sentir que es para siempre, querer vivir juntos pronto, ponerle nombre a los hijos que se quiere tener.

Y sentirse súper incomprendido, y pensar que ningún adulto, ni los papás tuyos ni los de ella te comprenden. Oye, pero es natural que sean así: pasaron por lo mismo y quizás tuvieron varias parejas como la tuya. Es obvio que jamás van a ser tan optimistas como tú al respecto y no tiene caso tratar de convencerlos; con el tiempo, la fe en el amor y en las personas por lo general decae, aún cuando lo bueno sería que más bien cambiara para reflejar la mayor experiencia, sin caer en un extremo de escepticismo.

Otro problema es que nuestros padres han tenido años para acostumbrarse a ser el centro del universo para nosotros, y cuando ese lugar es ocupado por otra persona, es difícil para ellos asumirlo. Esto es parte de un proceso más largo de búsqueda de la independencia, que es todo un tira y afloja entre los papás y sus hijos, y es una parte importante, porque involucra sentimientos más fuertes, como celos y envidia.

Una pareja es algo cambiante y la verdad de las verdades, muy inestable; sobre todo porque a veces con el tiempo lo que más te gusta pasa a ser lo que más te disgusta, si abusas mucho de ello (en general, pareciera que todo lo bueno se torna malo abusando de ello, y el sexo no creo que sea una excepción), y muchas cosas que te disgustan de tu pareja resultan ser parte íntima de su propia personalidad, inseparables del resto y que traen consigo cosas buenas también.

No voy a discutir mucho acerca de si una pareja enamorada muy joven tiene futuro o no, algunas sí lo tienen y otras no, y depende un poco de cómo lleven la pareja y otro poco de factores sobre los que no tienen ninguna influencia, como cierto tipo de prejuicios a priori que tengan ambos, diferencias socio-económicas entre sus respectivas familias, diferencias en el plano político, u otro tipo de rasgos que generen distancia o que sean simplemente incompatibles.

Amor te extraño tanto, te echo tanto de menos; eres necesaria para mí como el aire, tal vez demasiado y cada vez más, y tengo miedo de que esto sea sólo por mi parte. ¿ me entiendes ?

Antes pensaba que tener una pareja tiene un propósito, un fin: ir acercándose a lo que sea mejor, ir tendiendo a una compañía eterna. Con el tiempo he ido cambiando de opinión y quizás siga cambiando, pero por lo pronto, creo que tener una pareja no tiene sino un sólo "propósito": que ambos sean felices mientras estén juntos.

Ese ser felices tiene dos partes: ser felices, y ser felices juntos, y hay veces en que ambas cosas se pueden conciliar y hay veces en que no. Ser feliz es algo distinto para cada persona, aunque en general tenga que ver con algunas cosas: seguridad, reconocimiento, crecimiento y fe en uno mismo. Ser felices juntos se relaciona con proveerse mutuamente de cosas que apunten en esa dirección, y no en dirección contraria.

A veces esta bien estar juntos, y otras veces no. Quizás lo más difícil, ya que no hay ninguna obligación "legal" de por medio, sea decidir si está bien estar juntos o no, o en otras palabras, cuando estarías mejor sólo que acompañado. También es difícil equilibrar cuanto de cerebro y cuanto de corazón pones en ello, porque poner todo en duda y analizarlo todo fríamente tampoco funciona.

Esto es lo que pienso de estar juntos: que nos puede llevar a la felicidad, el aburrimiento, la procreación o el psicoanálisis.

Parejas jóvenes

Te quiero, te amo

Mira cariño: para mí, el amor sin medida no existe: yo, por ejemplo, te quiero 750. A los 1000 me considero loco de amor por ti.

En Chile, el estándar es el siguiente: se habla de tres niveles en la relación, desde un contacto ocasional, después salir juntos sin compromisos de exclusividad ni emocionales, y después la relación exclusiva y muy pública (con conocimiento de los padres de ambos, por ejemplo).

Yo creo que hay una diferencia entre querer y amar, que no es sólo semántica. Aún cuando adoptes o no esta convención, quiero dejarlo claro para que entendamos ambos a qué me refiero cuando hablo de amor.

Espero con ansias verte luego, besarte, abrazarte, estar junto a ti.

Querer es querer algo para uno. Un puede querer, por ejemplo, a un peluche o aun animalito o a una persona. Es un "afecto mediante el cual busca el ánimo el bien real o imaginario, y apetece gozarlo" (esta es una de las definiciones de la RAE para amor, por cierto). Tiene que ver con querer algo para uno mismo.

Amar es el querer cosas para la otra persona, el querer que esté bien, desde su perspectiva propia. Esto es extraño, porque las cosas que hacen feliz a alguien no tienen por que hacer feliz a otras personas. Amar es procurar dar al otro las cosas que le hacen feliz a él o ella.

Antes que mi alma me aconsejara, para mí la belleza // era una antorcha temblorosa, entre columnas de humo. // Ahora que se desvaneció el humo no veo sino la llama.

Te amo, te deseo

El amor y el deseo por naturaleza son cercanos, pero tienden a confundirse un montón; en particular desear a alguien es una emoción super fuerte de querer estar cerca, tocándose y besándose, y es muy parecido al amor. Lo que trato de decirte es que nunca transformes a quien está contigo en un simple proveedor de placeres, es fácil caer en eso; nunca te olvides que es una persona con emociones y sentimientos, y sobre todo que es distinta(o) a ti.

Voy a tratar de decirlo más directamente: una cosa es el sexo de uno, y otra cosa es el sexo en pareja, y son distintos. Hay ocasiones en que estás junto a otra persona en la cama, y es todos tus sentidos se apagan, o se exaltan, pero pierdes conciencia de que hay una persona ahí debajo o sobre ti, y lo único que llena tu mente son las sensaciones. Ese estado es normal, aunque a veces se extiende a los demás momentos juntos y ahí si que es problemático.

Fue increíble, tan rico como la primera vez que lo hicimos. Para mí fue mejor aún ! la primera vez que lo hicimos fue exquisito, pero no nos conocíamos: toma un montón de tiempo conocer a alguien. // Ahora me conoces, lo bueno y lo malo, y aún así te gusto. Eso es lo que hace el sexo maravilloso para mí.

También puedes tener placeres sin ninguna relación emocional. Pero dime tú? ¿ hay cosa más rica que, después de que pasa el ansia y el apremio y el calor, quedarse juntos y abrazados diciéndose cosas bonitas ?

Saber diferenciar amor y deseo tiene que ver con otra cosa también, que es con tener que vérselas con la relación con las otras personas del sexo opuesto que no son tu pareja, pero que te atraen. No todo el mundo está preparado para ser demasiado liberal al respecto, pero si entienden la diferencia entre amor y deseo adquieren como pareja la capacidad de poder compartir mutuamente la atracción natural que sienten por otras personas sin culpa al respecto. Porque hay personas que nos gustan como compañía constante, pero también hay personas que nos atraen y con quienes nos gustaría compartir algún tipo de intimidad en algún momento; si es el caso y los dos están de acuerdo y no hace daño a nadie (principalmente a tú pareja) no hay en ello nada malo o sucio, es sólo poder separar las cosas y dar a cada una su justa dimensión y expresión. En la cultura en que estamos inmersos, tal cosa es muy difícil de aceptar porque la educación que recibimos y todas las señales culturales apuntan como altamente pecaminoso cualquier tipo de desviación de la monogamia más absoluta, cuando, con absoluta franqueza, siempre existe algún tipo de tensión al respecto.

Intimidades de pareja

El momento para tener sexo

En todo este capítulo, me dirijo más que nada a las parejas que se están recién conociendo sexualmente, de todos modos algunas cosas se aplican a parejas más experimentadas también.

Primero que nada, un comentario: toda hispanoamérica está muy condicionada por las enseñanzas de la iglesia católica, y entre ellas se predica NO al sexo antes del matrimonio, calificándolo de "fornicación". Con el debido respeto que me merece esta religión, me parece que no ha lugar, aunque sí entiendo varias de las aprensiones de los católicos al respecto. El sexo es bueno y hermoso, pero trae consigo varios riesgos emocionales, sociales y físicos; estoy completamente de acuerdo en que no es algo para tomarse a la ligera, más aún, cuando además de riesgos (personales) puede significar asumir nuevas responsabilidades, como por ejemplo la paternidad, pero tampoco es necesario negárselo y postergarlo por fortalecer el matrimonio. Más aún, las estadísticas dicen que un matrimonio, hoy, tiene 50% de posibilidades de éxito (esto es, de durar para siempre, considerando sólo el hecho de no divorciarse o separarse de hecho, de este 50% hay muchas parejas infelices) y eso tiene mucho que ver con no saber ser pareja.

Nada que dé placer y no cause daño puede ser malo. Pero esto significa saber exactamente en qué te estás metiendo; y qué implicancias tiene. Más que nada pensarlo antes, y pensarlo bien porque es una decisión importante. Y conversarlo con tu pareja; no se trata de hablar, decidir y después hacerlo, sino de tenerlo conversado desde antes, con harto amor.

¿ Por qué me cuesta tanto creer en ti ? // Pero estoy empezando a creerte de verdad, un acto de fe para ti, por ti, y por nuestro futuro y presente encontrado.

Asegúrense de que ambos quieren; y de que no se van a arrepentir después. Tienen que tener tres cosas claras: prevenir el embarazo, las enfermedades de transmisión sexual y los riesgos emocionales. De los dos primeros hablaré más tarde, ahora quiero ver la parte emocional.

El sexo une, en buena y en mala onda. En mala porque una vez que lo descubres, quieres más; al respecto sólo una indicación, y tiene que ver con la diferencia entre un gusto y un vicio. Una cosa es darse un espacio y un momento para el sexo y tratar de que sea hermoso cada vez. Otra cosa es dejar de lado los demás aspectos de la relación. Hay parejas que dejan de conversar, de compartir gustos comunes, de salir con la misma frecuencia, o de frecuentar a sus amigos o simplemente de hacer las cosas que separados les gusta hacer, a cada uno por su cuenta, por dedicar demasiado tiempo al sexo. Esa es una de las formas de abusar del sexo más nocivas, porque una vez que empiezas a perder tu espacio y la propia expresión de tus necesidades individuales, es como un letargo que detiene o frena el desarrollo de tu personalidad.

En buena porque van a relacionarse mutuamente con cosas lindas, esto es, pensar en el otro va a ser innegablemente a veces reviviendo sensaciones ricas.

Me quité los zapatos para andar sobre las brasas, // me quité la piel para estrecharte, // me quité el cuerpo para amarte, // me quité el alma para ser tú

Repito lo primero: que ambos quieran y sin culpas después. Si uno de los dos no quiere o no está preparado aún, nada peor que presionarlo o apurarlo, porque a fin de cuentas es probable que ceda, pero que ni ahora ni después sea capaz de disfrutar de su vida sexual plenamente. Sin sentirse culpable después ni arrepentido, es algo hermoso si lo tomas con la suficiente madurez.

Alejándose de la pareja, mírate adentro y pregúntate si estás preparado(a), antes, cuando ves que viene, porque es super fácil dejarse llevar (sobre todo si tu pareja es mayor que tú o si por algún motivo no tienen buena comunicación) y después arrepentirse. Pero tiene que ser antes, en frío, porque una vez que está el ambiente y la situación, es difícil parar, incluso si no tienes ganas o no estás listo todavía.

Los inicios

Tener que vérselas con los primeros impulsos sexuales (de uno o de su pareja), es un problema a dos frentes: uno interno y uno externo.

En el frente interno, hay un montón de cambios (bueno, esto no pretende ser una clase de biología ni de psicología) que ocurren en tu cuerpo, tus hormonas y tu mente que producen deseo. Y se puede manifestar de un montón de formas, más o menos concretas, desde el deseo de "hacer algo" sin saber que es, pasando por el deseo de tocarse o besarse o el deseo concreto y específico de penetrar o ser penetrado.

En el frente externo, están los deseos de tu pareja, pero más importante que eso, un montón de condicionantes sociales, mitos, tabúes y malas vibraciones en general acerca del sexo; está todo como tan manipulado y manoseado que cuesta un montón verlo como lo que es: algo bello.

Sentir la aparición de los primeros deseos sexuales juntos, excitarse por primera vez, esos besos largos con caricias que te elevan y es totalmente nuevo, es maravilloso; la gracia es disfrutar al máximo, siempre que estés seguro de lo que quieres y consciente, no tienes por que sentirte culpable o avergonzado después.

Como todo lo nuevo, cuando empiezas a tener sexo con tu pareja la novedad atrae un montón, y puede que pases un montón del día pensando en eso; está bien, además, es exquisito recordar sensaciones, en cualquier parte.

Quisiera luego vivir contigo, tener nuestra casa, para los dos, para estar solos y sin que nadie nos molestara.

Lo difícil es que cuando se es muy joven es difícil contar con la intimidad necesaria; siempre está el miedo de que los papás de alguno los pillen, etc. Eso también puede asumirse en buena lid, como un juego (no sé si alguien vio un capítulo de Los Simpson en que Homero y Marge descubren que los excita el miedo a que los pillen, y se dedican a hacer el amor ocultos en lugares públicos, como plazas de juegos de niños, campos de golfito, etc..) la falta de intimidad puede matar una pareja cuando no puedes asumirla bien, porque uno de los dos siempre está como con el oído avizor tratando de escuchar el ruido afuera por si alguien entra a la pieza.

Compren un pestillo para la pieza de cada uno e instálenlo si es posible, y traten de buscar lugares íntimos y tranquilos; pero ante todo, traten de hablar con sus papás y decirles que están tomando las precauciones necesarias, no esperen que lo acepten, claro que es difícil que los entiendan porque quieren cuidarlos y que nada malo les pase, pero por lo menos hagan el intento de conversarlo con ellos, poco a poco.

Y, no está de más decirlo, pero no se apresuren en casarse e irse demasiado pronto de la casa por tener algo más de intimidad. No vale la pena, ya habrá más tiempo más adelante.

Diferencias entre hombres y mujeres

Hay diferencias entre hombres y mujeres; no sé cuales son culturales y cuales vienen grabadas en nuestra memoria, pero hay diferencias. Y en la cama también. Para el hombre, en general, el sexo tiene un objetivo: llegar al orgasmo, y por eso nos cuesta, por ejemplo, entender por qué algunas mujeres se consideran satisfechas incluso sin orgasmo.

Al respecto, sólo un comentario, el orgasmo de la mujer es importante, y él tendría que dedicarse a ella y procurar satisfacerla y complacerla, tanto como ella a él, pero si ella no alcanza el orgasmo, no se trata de un fracaso ni algo para echarse a morir, ni menos para dejar de intentarlo en las siguientes ocasiones.

Para un montón de hombres, es el excitarse el que los hace sentir con más fuerza su amor, es por eso que en alguna medida un hombre excitado pero paciente tiende a ser muy tierno con su pareja. Para muchas mujeres, en cambio, la cuestión funciona al revés, es decir, el amor es lo que le abre el camino a sentir su excitación.

A menudo, los hombres tendemos a malinterpretar la necesidad de la mujer de romanticismo, de un tiempo y espacio adecuados para la intimidad, de sentirse descansada y plena físicamente para tener sexo, y sentimos que nos está privando de algo; y a confundir el hecho de que ella no quiere sexo con un rechazo. Si hubiera que decirlo en una sola frase, sería algo así como que ella necesita hartas cosas para sentirse amada y amante. Por otra parte, el sexo es la forma más fuerte que tiene una mujer de llegar al alma de un hombre y abrir su corazón.

Porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de afuera no es mío,// sino el caliente aliento, que si me acerco quema, // y dora mis labios desde el fondo.

Cuando él siente que a ella le encanta hacer el amor con él (es decir, incluso a veces cuando ella no quiere en ese momento, es capaz de decirle que le encanta el sexo con él, pero que en ese preciso momento no tiene ganas o no quiere, pero insistir en que le gusta) y cuando ella siente que su pareja es sexualmente hábil, paciente y romántica (que la entiende, que la excita suavemente y que la quiere y la ama) es cuando realmente pueden abrirse camino a ser felices en la intimidad.

Otra diferencia, sobre lo mismo, es que en el hombre, la excitación es más automática, mientras que en la mujer toma mucho más tiempo. Eso significa que si después de tres minutos de caricias un hombre se siente dispuesto para el sexo, lo más probable es que su pareja necesite cerca de media hora de los mismos estímulos.

Es una cosa por otra, en todo caso, porque esa misma excitación que viene rápido en el hombre también se va rápido, mientras que en la mujer perdura después. Al principio de todo, en las parejas que recién comienzan a descubrir placeres sexuales, no tienen ningún tipo de problemas con estas diferencias, están como tan metidas en disfrutarse y con tanta dedicación ? pero con el tiempo comienzan a aparecer estas cosas y es interesante saber tomarlas, aceptarlas y vivir con ellas.

Experimentando y enriqueciéndose

Pongámonos de acuerdo en la nomenclatura. Una cosa es el sexo y otra el coito. El coito puede o no estar presente en un episodio sexual.

Es exquisito tratar de aprovechar al máximo lo que hay antes y después del coito en sí, y aprender a disfrutarlo al cien por ciento; en nuestra cultura se relaciona erróneamente la experiencia en el plano sexual con el número de posiciones para el coito que uno conozca, cuando en realidad se relaciona con la capacidad de llegar más y más arriba estimulándose y estimulándose mutuamente hasta casi enloquecer.

Eres como un sol, y me provocas mariposas en el pecho ... extraño tanto estar juntos como en un nido de sábanas, tibios, acariciándonos suavemente.

Experimentar y enriquecer la relación sexual tiene para mi gusto poco o nada que ver con ser capaces de hacer todas las posiciones del Kamasutra de principio a fin en una sola tarde. Tiene más que ver con disfrutar de las sutilezas como tocarse, acariciarse, lamerse, darse mordiscos suaves, contemplarse desnudos, imaginar historias eróticas, y montones de otras formas de proporcionarse mutuamente placer.

Con el tiempo y cuando ambos pueden ser lo suficientemente pausados como para lograr excitarse mutuamente bien y hasta lo más alto, aparecen en las parejas ciertas "fórmulas" o "recetas" sexuales, es decir, una secuencia de cosas, una manera de establecer la relación sexual que es entretenida y rica para ambos. La idea es hacer que esas fórmulas jueguen a favor de la pareja, no transformar esas fórmulas en una monotonía, absteniéndose a veces por investigar otras maneras de excitarse.

Superando problemas sexuales

A veces, la relación sexual empieza a andar mal y es bien difícil de enfrentar. La mayor parte del tiempo, las causas no son orgánicas, sino que vienen de situaciones por las que están atravesando: una infidelidad no superada, problemas con los papás de ambos o problemas personales, falta de comunicación, falta de espacio propio (intimidad), inmadurez, etc.

Tu forma eterna, diamante o rubí duro,// brillo de un sol que entre mis manos deslumbra, // cráter que me convoca con su música íntima, // con esa indescifrable llamada de tus dientes.

Lo más importante de todo: una disfunción (difícil funcionamiento) sexual no viene de la nada ni es como una maldición aleatoria que toca a algunas parejas, sino que tiene un origen, viene de alguna parte y eso es lo principal si las cosas comienzan a andar mal en materia sexual: encontrar la causa; más abajo no lo vuelvo a mencionar, pero por favor, recuérdalo: siempre hay un motivo, a veces oculto y a veces evidente; en todo caso hay un principio que dice que muchas veces la explicación más simple es la más razonable, así que no te devanes los sesos buscándolo profundamente si no haz explorado primero la superficie.

Superada la causa, las cosas deberían andar mejor, aunque a veces el efecto sigue existiendo aún sin la causa. Otras veces, no se puede superar la causa o no se encuentra; ninguna de las formas de abordar estos problemas que describo aquí excluye la posibilidad de obtener ayuda profesional cuando sea necesario.

Impotencia

Hasta el nombre destruye la moral viril. La impotencia es la incapacidad de lograr una erección.

Todos pasamos por episodios, o incluso períodos largos de impotencia. No, no me digan que nunca han dicho algo como "nunca me había pasado", "es que estoy un poco preocupado por X cosa", "es que bebí demasiado".

La erección se produce porque llega más sangre a un tejido esponjoso localizado en el pene. Para que esa sangre llegue, se necesita aumentar el flujo por un vaso específico, y ese aumento es posible por la relajación de lo que está alrededor. Por lo tanto, ya tenemos un punto importante: sin estar relajado, no hay caso.

Voy a hacerle empeño, amor.

El problema de la impotencia es que genera más impotencia, en un círculo vicioso. Veámoslo de la siguiente manera: están solos, tratan de entrar en coito y él aún no tiene una erección. Aquí pasa una de alguna de estas cosas negativas (ella lo apresura o se enoja y se frustra, los interrumpen, él está apurado, están bajo el efecto del alcohol o drogados) y simplemente no pueden tener sexo. La próxima vez que lo intentan, él se acuerda de lo que pasó la vez anterior y está completamente mentalizado y concentrado para que no le vuelva a pasar lo mismo otra vez. Pero vuelve a pasar. Obvio.

Así puede pasar mucho tiempo, lo principal es que se pierde la confianza sexual, y eso es nefasto. Lo que pase a continuación y como evolucionen las cosas, va a depender de la actitud de ella y de él.

Si ella adopta una mala actitud y se enoja y rabea, y lo presiona, olvídalo, el tendría que explicarle y si ella no es capaz de entender, dejarla porque o si no se puede hacer un daño super grande. Ahora bien, lo más probable es que si lo ama le diga que lo entiende, que no se preocupe, que no importa, etc.? yo creo que la cosa va por otro lado, más realista, porque la verdad es que a ella sí le importa. Si él piensa que ella no tiene ganas de tener sexo o no le gusta, entonces va a atender a pensar que en las ocasiones en que ella si se muestra dispuesta el tendría que aprovecharlas al máximo, por lo que más se va a sentir presionado. Ella tiene que hacerle saber que le gusta el sexo con él, que le encanta y que la excita (si es que es cierto) y que va a tener paciencia con él.

Ella puede también buscar la manera de excitarlo, pueden acordar que no hay un objetivo (por ejemplo: okey, nos vamos a acariciar y besar y lamer y todo lo que se nos ocurra, pero pase lo que pase esta noche no vamos a tener sexo - coito) y estar un tiempo así. Siempre en la onda relajada, sin apurarse y sin sentir que ella le está haciendo terapia a él.

Por otra parte, ella también tiene que estar dispuesta a lo siguiente: lo más probable es que cuando su excitación finalmente se produzca la pille desprevenida y sin estar muy lubricada; y tendrá que sopesar entre el dolor o la incomodidad y hacer que él recupere su confianza sexual.

Para él, es ante todo una cuestión mental, está todo en la actitud. Sin apurarse, sin presionarse, conversar con ella y demostrarle cuánto la quieres y la amas y cuánto te gusta físicamente también, tratar de alejar de sí el prototipo de super hombre que todos tenemos metido en la cabeza y estar dispuesto a ser paciente, más paciente que nunca, y darle otro tipo de placeres sensuales a tu pareja.

Frigidez, anorgasmia

¿ Alcanzaste a llegar ?

Mucho ya está dicho, porque hay varios supuestos que valen tanto para el hombre como la mujer, en particular, el supuesto de que las cosas pasan por algo, no porque sí.

Me detengo en una diferencia fundamental: la mujer puede tener sexo queriendo y no queriendo; esto hace las cosas más "fáciles" (por el lado de que pueden satisfacer a su pareja incluso cuando no tienen muchas ganas, y por más nerviosas que estén no pueden igual) y más "difíciles", por el mismo motivo. No hay señales evidentes, sólo señales sutiles de que ella está preparada. Por eso es fácil pasar a llevar su libertad sexual con sexo no deseado. La tarea es de antes por cuanto ella debe ser capaz de decir cuando quiere o no, y el de darse cuenta.

Se asocia a la mujer un menor gusto por el sexo. Hablaré de eso más adelante, en la parte de Cuando uno Quiere y el otro No.

Eyaculación precoz

La eyaculación precoz es cuando no puedes estar ni medio segundo dentro de ella antes de llegar a un orgasmo. Llegar muy rápido tiene que ver con estar demasiado ansioso, y con no saber reconocer cuando un orgasmo comienza a gestarse, que el orgasmo te tome como "por sorpresa".

La frustración viene del hecho de que el hombre por lo general tiene un período después del orgasmo "refractario" en el cual la respuesta a las caricias eróticas queda atenuadas (o incluso llegan a ser negativa); y en este período, es difícil que pueda seguir atendiendo a las necesidades de su pareja.

Mientras intentas superarlo, es bueno y sano también mantener a tu pareja satisfecha y no dejarla de lado. Una opción es no penetrarla sino cuando esté muy excitada, y dedicarte mucho más que antes a acariciarla, tocarla y besarla; esto es, algo así como sexo "por turnos"; en que ella siempre va primero, es decir, inician el episodio sexual dedicados a la satisfacción de los deseos de ella.

Comenzar a superar la eyaculación precoz tiene que ver fundamentalmente con saber reconocer cuando un orgasmo comienza a formarse.

Como es natural, todos los hombres tienen respuestas sexuales distintas, una posible forma de vivirlo es la sensación de un hormigueo (como puntitos en la piel) en todo el cuerpo que se va concentrando y concentrando hacia los genitales, y que pasado un cierto punto en que están tan juntos, tan juntos que ya no se separaran más y es cuando es inminente el orgasmo.

Antes de ese punto, detener el estímulo, pensar en otra cosa (cualquier otra cosa no excitante), permite durar más tiempo sin eyacular.

Después de ese punto, ya no hay nada que hacer.

Tratar de descubrir ese instante puede hacerse juntos, con ella estimulándolo. También él puede hacerlo solo (así tiene mucho mejor control sobre la situación) masturbándose hasta llegar a ese punto, y después deteniendo la excitación. Otra forma de detener la excitación e inhibir el orgasmo en el hombre es justo en el momento antes, mientras aún es evitable, presionar debajo del pene, exactamente detrás del glande. La presión en ese punto detiene el orgasmo; y aprender uno mismo a conocer esa sensación y poder producírsela (mentalmente) uno mismo, puede ayudar a adquirir más control.

Lo más importante, de nuevo, es tratar de descubrir por qué se está produciendo, en parejas jóvenes normalmente hay ansiedad de por medio y la falta de tiempo y espacio adecuados para la intimidad, y/o falta de conocimiento respecto a las propias sensaciones.

Cuando uno quiere y el otro no

Porque, ¿ no es cierto, que cuando sueñan dos, el sueño es compartido ? - Niebla

John Gray es muy sabio cuando dice: "Los hombres son como el Sol, están o no están encendidos, mientras las mujeres son como la Luna, que tienen ciertas fases o etapas".

Mientras que el hombre está o no está excitado, quiere o no quiere hacerlo, para la mujer por lo general además de querer o no querer, hay matices, quiere más o quiere menos, estaría dispuesta bajo con un poco de aliciente, estaría dispuesta después de mucho rato de preparación. Lo peor es que muchas veces no sabe siquiera qué es lo que quiere y necesita a su pareja para descubrirlo juntos.

Además de estas variaciones de género, cada individuo también tiene una líbido distinta y que reacciona de manera diferente frente al medio, al cansancio, al trabajo, a las penas, a las emociones, y puede ser que aún cuando ambos estén pasando por las mismas cosas, uno de los dos tenga una líbido más susceptible frente a esos estímulos.

A nadie le gusta no tener sexo cuando tiene ganas y tiene a su pareja al lado. Y es fácil sentirse poco atractivo, poco deseado o simplemente frustrado y enojado por eso, y en casos extremos, a dejar de buscar sexualmente a tu pareja pensando que nunca quiere o nunca va a querer.

Por otra parte, a nadie le gusta tampoco que lo presionen para intimar, o para intimar de cierta forma particular. Y en varias ocasiones se termina cediendo en mala y acumulando una actitud negativa hacia la sexualidad.

Al respecto, no hay soluciones comunes, pero creo que el factor más importante es entenderse y comunicarse más explícitamente. Esto implica decir cuando no quieras y decir cuando quieras, si es difícil con palabras por vergüenza o simplemente porque cuesta, se puede buscar algún tipo de "clave secreta" entre los dos, pero tratar de ser explícito. Es bueno y super sano que si uno de los dos no quiere lo diga y si uno de los dos quiere y tiene muchas ganas lo diga también, y es un gran cambio.

Esto tiene también que ver con respetar esos decires. Por ejemplo, si él le pregunta a ella si quiere o no, y ella le dice que no, y él se idiotiza o de alguna manera fuerte la rechaza (soltarla, darse la media vuelta en la cama, gruñir, etc.) lo más probable es que en otra ocasión ella diga que sí sin ganas. Si uno de los dos no esta seguro(a) de que puede decir que no sin que su pareja se enoje, no se le puede pedir que sea honesto(a) al decir que sí.

Y adaptarse mutuamente; en ocasiones si ella no tiene ganas de darse el tiempo para una relación completa, puede acceder a un "rapidito" o sea, una relación rápida para satisfacer principalmente a su pareja. Y él en otras ocasiones puede renunciar a sus arrolladores impulsos en favor de cariños tiernos y puro amor. Y pueden buscar un entorno y las condiciones adecuadas para que la relación sea placentera para ambos.

Superando conflictos de pareja

La base de todo

Si estás leyendo esto y esperas que les diga quién de los dos tiene la culpa, realmente tienen un problema ustedes dos. Hay varias causas por las que las cosas empiezan a andar mal.

Estar juntos es difícil por dos motivos: estar y juntos.

Es difícil simplemente estar porque el ánimo de todas las personas es super cambiante, y hay momentos y momentos. Momentos para estar solo, momentos para estar acompañado, tristezas, alegrías, días en que nadie nos puede soportar, y que nuestro estado de ánimo es medio incompatible con el hecho de tener una pareja.

Es difícil juntos porque ambos son diferentes, incluso debajo de todas las diferencias (ser más o menos introvertido, distintos amigos, etc.), hay diferencias radicales por el sólo hecho de pertenecer a géneros distintos. Sin caer en generalidades demasiado amplias, los hombres tienden a retrotraerse frente a las dificultades, mientras las mujeres tienden a ser más extrovertidas, entre otras cosas, pero además la educación de ambos innegablemente apunta a que sus búsquedas muchas veces vayan por caminos divergentes.

Comprender y aceptar las diferencias, aunque suene cliché, es lo más difícil. Más encima, siempre hay divergencias entre lo que soñamos antes, y lo que creíamos que nos haría más felices, y nuestra pareja. Más encima aún, las personas tienen aptitudes, ideas y gracias distintas, así que lo más probable es que si haz tenido otras parejas antes, lo especial que tenían ellas y que tanto te atrajo no lo encuentres en tu pareja actual, pero sí otras cosas.

Quizás algo importante y que muchos por lo general olvidamos, es que no se puede pasar la existencia de la pareja esperando que el otro cambie, porque generalmente no es así. Las personas no cambian en lo fundamental con el tiempo, y si llegan a hacerlo es a pasos imperceptibles en la vida diaria.

Es inevitable que se produzcan roces. Es inevitable que pasen cosas malas a ambos. Es inevitable que, con el tiempo, parte de la sorpresa y el encanto arrollador de los primeros días se pierda. Lo que no es inevitable es que esas cosas estorben en la relación.

Los conflictos mal llevados tienden a acumularse. De eso viene, por ejemplo, que las peleas de las parejas que llevan mucho tiempo casi nunca tienen que ver con la situación que produce la pelea en el momento, sino con cosas que ocurrieron antes, en el pasado.

Saber discutir

La peor mentira del mundo, es cuando una persona dice "dime la verdad, no me voy a enojar", por dos cosas: primero porque NO quiere que le digas la verdad, sino lo que quiere escuchar, y segundo porque SI se va a enojar.

Las peleas ocurren a diario, con más o menos frecuencia y con más o menos fuerza dependiendo de cómo estén. Si tienes peleas con tu pareja con mucha frecuencia, te recomiendo anotar en tu agenda por qué pelean durante una o dos semanas, todos los días, y revisarlo después: te va a sorprender.

Cuando las parejas pelean mucho, por lo general es 99% cosas pasadas y 1% cosas presentes, y lo importante es: si hay conflictos pasados, que aparecen cada vez que hay ocasión, darse el tiempo, las ganas y todo para resolverlo, y si ya están "resueltos", no utilizarlos para lastimar.

Tengo mis dudas sobre si se puede llegar realmente a resolver un conflicto, pero sí creo que un conflicto puede alterar con mayor o menor fuerza la convivencia; lo importante es que aquél que es "víctima" del conflicto se mire hacia adentro y sienta si realmente vale tanto la pena hacer que las cosas anden mal por eso, así mismo, que quien es "victimario" pueda realmente empatizar y si dice que no va a volver a pasar, hacer el mejor esfuerzo por cumplirlo.

Pelear con alguien que uno ama es aún más difícil, porque la tendencia natural de las cosas es a callar por evitar herir a la otra persona (o por miedo a que él/ella decida terminar la relación), y al final es una pelea entre con la otra persona y con uno mismo.

En esta situación y estando enojados, se empiezan a decir un montón de tonteras que no se dirían estando normalmente; y después esas mismas tonteras aparecen en la próxima pelea como protagonistas: "tú me dijiste que ...", "no, pero es que estaba enojado, la verdad es otra cosa" pero ya no hay caso: uno es esclavo de lo que dice.

Hay un estado mental que podríamos llamar como una "inundación" de emociones, es cuando estás obnubilado y no puedes pensar en otra cosa. El problema es que estos estados tienden a hacerse más frecuentes, y a veces se llega a puntos críticos en los cuales no se puede ni empezar a discutir sin "inundarse".

Si alguno de los dos no es capaz de controlarse durante una pelea y empieza a decir cosas de las que después se arrepiente, mejor que se vaya a dar una vuelta, tome aire y después vuelva porque o si no, no están resolviendo nada, sino que están creando problemas para más adelante; eso sí, conversarlo después, aun cuando no quedan ganas de pelear, conversarlo, siempre conversarlo; porque a fin de cuentas las peleas no son tampoco gratuitas, siempre hay una causa y la idea es resolverla para hacer la existencia juntos más llevadera.

Celos e infidelidad

La típica frase cliché es algo así como "los celos son pura inseguridad" y tiene harto de cierto.

Dudo mucho que la monogamia sea una condición sostenible en el tiempo; el hecho de experimentar sensaciones con otras personas tiene que ver con una emoción que no se produce muy seguido, después de un cierto tiempo de estar juntos (a menos que se cultive); esa sensación es la del primer beso con alguien nuevo, que es una emoción fuerte y atrayente y que es rico sentir.

Creo que la tendencia natural es que todas las parejas se sean infieles en algún momento, la pregunta es cómo se asume esta infidelidad.

Al respecto: una sola cosa y es que la mayoría de las veces una infidelidad es un terremoto que remece a la pareja hasta sus cimientos, y es mejor haberlo conversado antes, con la verdad.

Hay personas que tienen algo de tolerancia, y otras, cero. El primer grupo entiende que un contacto ocasional fuera de la pareja no es algo que tenga que ver con amor ni con insatisfacciones, sino con que a veces el ambiente se da y es rico darse esa clase de gustos.

Para el segundo grupo, el dolor es insoportable; si no es la peor sensación posible, es muy cercano, mezclado con dudas del tipo "¿qué habrán hecho?, ¿se habrán tocado aquí, allá?, ¿le habrá gustado más que conmigo?, ¿se imaginará que está con ella/él cuando está conmigo?". Para algunas personas, es una situación que nunca se supera.

Como dije antes, cuando una pareja pelea la pelea tiene que ver casi siempre con cosas del pasado; en particular las infidelidades son lo que primero aflora, verbal o no verbalmente; por ello, hay que darse el tiempo necesario para superarlo, conversarlo y entenderse bien; sobre todo porque el efecto negativo tiene que ver con que la otra persona se sienta poco querida o atractiva, y hay que hacerle saber que no es así, que le sigues amando o queriendo, que la encuentras atractiva, que te gusta su cuerpo, etc. Y sobre todo que sigue siendo la persona del sexo opuesto más importante para uno.

No quiero dejarlo solo, así, sin nada, así que al oído le regalo mis historias, mis sensaciones, mis paseos, y luego parto a seguir conquistando el camino.

Respecto a contar o no contar: no sé que será mejor. Eso sí, no contar es no contar nunca, incluso después de mucho tiempo de que ha pasado, cuando alguien sabe que se le ha ocultado algo durante mucho tiempo no hay caso de que se saque de la cabeza la idea de que le han ocultado más cosas.

Lo mejor es ponerse de acuerdo antes de que sucedan las cosas. Y si declaran un pacto de honestidad completa al respecto, respetarlo.

Por último, si quieres ser honesto con tu pareja y te pide que le seas fiel, porque se dan cuenta de que ella/él no puede con eso, no es tan difícil intentarlo y tratar de mantener la exclusividad.

Espacio; relaciones absorbentes

Incluso tras las más largas reflexiones filosofales, para muchas personas no existe tal cosa como un "objetivo vital" o un motivo real y tangible para vivir y para levantarse en las mañanas. Por eso, a fin de cuentas, las teleseries, los torneos de fútbol, las películas, las novelas, coleccionar cosas, y otras entretenciones, son tan atrayentes porque tienen un comienzo, un objetivo y uno o varios desenlaces. La vida no es así, no es sino un montón de historias traslapadas, y no todas apuntan en la misma dirección.

Todos necesitamos algún motivo, porque así como así la vida no tiene ningún sentido que podamos asir. Y es necesaria una de dos cosas: un motivo, o la posibilidad de entrar en un estado especial de conciencia en que no duela la falta de tal motivo.

Ambas cosas se pueden encontrar en una pareja si se buscan, y el resultado suele ser nefasto. Sostener una relación en buen estado, pasar la mayor cantidad de tiempo juntos, etc., no es suficiente para constituir la preocupación fundamental de una persona; porque la ocupación fundamental de una persona tiene que venir de ella misma.

Estando en secundaria, por ejemplo, la vida no presenta demasiadas exigencias y hay un montón de tiempo libre; en esas circunstancias es fácil desarrollar una relación absorbente, en la cual la otra persona tiene el monopolio de nuestro tiempo y espacio; entendámonos bien, una cosa es querer estar juntos la mayor cantidad de tiempo posible porque es rico (sino, para qué ser pareja ?) pero otra cosa es apagar las demás facetas de nuestra vida, incluyendo estudios, amigos, desarrollo personal, pasatiempos individuales, etc.

Lo peor de todo es que la persona que está contigo te quiere por lo que tú eras antes de estar con ella, por algunas cosas más y por otras menos, y por lo tanto, no vale la pena en absoluto destruir o apagar una parte importante de tu personalidad por agradarle o por estar más tiempo juntos.

Creo que lo mejor es parar y mirarse, y darse cuenta de qué cosas hacían y no hacían antes de estar juntos, y a cuales conviene volver; no se trata de recriminarse mutuamente por el tiempo perdido, porque no es cierto que sea por causa de uno sólo, sino más bien de tratar de recobrar esos espacios individuales.

La decisión de terminar o de seguir intentándolo

Todas las cosas vivas tienen ciclos, etapas. Las relaciones de pareja no son la excepción, y también atraviesan por períodos altos y bajos; algunos instantes de mucha comunicación y armonía y otros períodos en que todo es una real pérdida de tiempo y energías. Sin embargo, junto a estos ciclos hay otro movimiento en otro plano, que es de ascenso o caída; puede ser que los períodos de crisis sean cada vez más críticos y profundos o se hagan más llevaderos, o que los mejores momentos sean cada vez mejores.

Aguardamos la caída de la tarde // y el reposo de los gestos más amados, // para iniciar las mejores consideraciones // y retornar a los más antiguos besos, // porque a pesar de todos los tropiezos, // sucede que aún no estamos derrotados.

El tema es muy complejo y al respecto sólo quiero hacer una reflexión. La mayoría de las cosas en la vida en sociedad tienden a seguir una línea de "compensaciones", esto es, que lo que recibes es más o menos lo mismo que das, extendiendo un poco más la idea, que si te pasan cosas muy malas, después te pasan cosas muy buenas, y viceversa. Ahora bien, no todo tiene que ser así en la pareja, esto es, una pareja tiene que poder mantener una relación apasionada sin tener que pagarla con grandes peleas. Los amores intensos tienden a ser también los que tienen las crisis más profundas, y es lo natural, porque si las cosas funcionan muy bien cuando funcionan bien, cuando no funcionan la pérdida (y por tanto la rabia, la frustración, y el malestar) es más grande.

Se argumenta que eso es un buen motivo para buscar relaciones más "light" y hacerle el quite a las relaciones más "heavy"; a mi juicio se trata de un error, porque sí es posible tener una relación intensa en lo bueno y soportable en lo malo, es más difícil, pero tiene que ver con darse por completo, y actuar con apertura de mente y franqueza.

No es fácil salir de una crisis profunda. Tratar de decir "borrón y cuenta nueva" no funciona simplemente porque las personas no son así, porque se puede recordar queriendo recordar, pero no se puede olvidar queriendo olvidar. Y por sobre todo, no funciona porque en las parejas jóvenes en la raíz de los problemas están algunos hechos muy específicos (abandonos, crisis individuales, infidelidades, mentiras, períodos de distancia, etc.) que son muy importantes; tratar de darles la espalda sólo prepara el camino para que se vuelvan a producir y causen un daño aún mayor.

No sabes cuantos beneficios me ha traído estar sin ti, cuantas pesadillas se convierten en arcoiris de realidad cuando camino sola contra el viento y sé que en el horizonte no estarás esperándome.

Soy un convencido de que, en lo medular, las personas no cambian con el tiempo. Pueden suavizar ciertas actitudes, o pueden aguzar otras, pero en lo fundamental, no cambian, al menos no a una tasa perceptible para alguien que comparte mucho tiempo con esa persona.

Razonemos de la siguiente manera: asumamos que en todas las personas hay un poco de los principales defectos humanos (auto-compasión, envidia, egoísmo, ira, lascivia, flojera, arrogancia, etc.). Supongamos que pasamos mucho tiempo con alguien y algo empieza a molestarnos particularmente mucho. Lo más probable es que se trate de algún defecto de los que está en todo el mundo, pero que está más marcado en ella. Dado que se trata de algo marcado, de algún razgo preponderante en su personalidad, es muy difícil que en el mediano plazo lo supere completamente. Puede mitigar sus efectos o sobrellevarlo, o sublimarlo, pero nunca abandonarlo.

No se puede esperar ser pareja con alguien y que en ese intertanto él o ella cambie algo que nos moleste. Porque no va a pasar, y la espera en es vano. Ahora bien, lo que estoy diciendo en modo alguno es que hay que cruzarse de brazos y resignarse, sino más bien que hay que asumirlo, y no negarlo o tranquilizarse con la idea de que con el tiempo, la convivencia o por medio de enojos o recriminaciones periódicas va a cambiar, porque no va a ser así.

Por último, hay algo que no he mencionado, porque me parece obvio: la decisión de seguir o terminar tiene que ver con ustedes como pareja y los afecta a ambos más que a nadie en el mundo, por lo mismo, tiene que ser una decisión libre, dejando de lado las presiones sociales, familiares, hijos, el "qué dirán", etc. Si van a seguir porque ya todos están acostumbrados a verlos juntos, no quieren dar explicaciones, o van a ser objeto de crítica, olvídenlo, va a resultar pésimo. Igualmente si terminan porque algún impedimento "social" les dificulta estar juntos, tampoco tiene sentido. No en esta época, por lo menos.

Riesgos

Embarazo precoz

Muchos nacimientos ocurren antes de tiempo ... ¿cuándo es antes de tiempo? Cuando no están preparados o no lo desean aún.

La maternidad y la paternidad son algo maravilloso, pero la formación de un ser humano es algo complejo, que requiere de ciertas condiciones mínimas, desde cosas materiales (alimentación, abrigo, etc.) hasta un componente de madurez de quienes asumen esa formación. Y aunque es posible para una persona muy jóven criar a un hijo con éxito, pero no me parece lo mejor, ni para el papá o mamá ni para el hijo o hija.

Es más fácil en pareja que solo, en todo caso; y como biológicamente el niño está más atado a su madre, lo más probable es que en caso de separación el termine solo con ella. No quiero dramatizar ni venderte el cuento de que eso va a destruir la vida del pequeño, pero no está bien; probablemente ella esté más preparada que él para asumirlo, las mujeres son más maduras, etc., pero ella no tiene la posibilidad ni la oportunidad de desaparecer y alejarse y él sí. Y muchas veces los hombres optamos por esto porque es más fácil, sólo para reaparecer después y darse cuenta de las muchas cosas que se perdieron en el camino, verlo aprender a caminar, decir sus primeras palabras, etc. Y lo más duro es que quizás el pequeño ya no esté preparado para ser hijo como él para ser padre.

En suma, es una mala idea arriesgarse, hay montones de métodos de prevención.

Sobre el aborto, que muchas veces se aparece como última opción, es algo tremendamente remecedor individualmente, no es algo con costo cero, como podría decirse, y genera secuelas más que físicas, sicológicas muy hondas. Además, en muchos países es ilegal, socialmente pueden haber buenas razones para ello, aún así, ninguna de ellas me convence: la mujer debe tener el derecho a elegir sobre su cuerpo, esto pasa desde la libertad sexual hasta el derecho a interrumpir un embarazo, con esto no digo que esté a favor del aborto (porque nadie puede estar a favor de la muerte), pero sí que no estoy en contra, que tiene una diferencia no de forma, sino que profunda: estoy por el derecho a optar. Más encima, los programas de control de la natalidad son en latinoamérica muchas veces obstaculizados por consideraciones absolutamente retrógradas y fuera de contexto.

Hechas todas esas consideraciones, la propuesta final es obvia: lo mejor es prevenir, piénsalo bien, la mayoría de las parejas no se comienzan a cuidar hasta comenzar a tener sexo y en no raras ocasiones en ese momento es demasiado tarde.

Enfermedades de transmisión sexual

Dile que use condón. Ojalá de colores, que es más "in".

Esta, como dije antes, no es una guía para el sexo ocasional. Creo que la vida en pareja es suficientemente rica en matices y belleza como para llenar el espacio sexual por sí misma, si es bien tratada. Además del SIDA, hay muchas otras enfermedades de transmisión sexual, algunas muy contagiosas. Es una estupidez arriesgarse y arriesgar a tu pareja inútilmente. Si bien el condón puede ser incómodo, es un imperativo SIEMPRE. Punto.

Últimas palabras

Gozo viendo tu cuerpo ondulante,// y suave, a flor de él, // como un astro de luz vacilante, // espejear tu piel.

Una relación de pareja es algo tremendamente complejo, que aunque suene cliché, tiene una máxima: el respeto, y este respeto incluye el hecho de entender que todos tenemos derecho a ser felices a nuestra manera, mientras no andemos atropellando espacios ajenos. La pareja es un espacio de convivencia mutua, para ser más felices y no para dar infelicidad. Muchas relaciones enferman, y se transforman en el dilema de no poder estar juntos ni separados; nadie es suficientemente bueno como para ser lo que otra persona espera que sea, ni suficientemente tolerante como para entender y aceptar completamente a otro como es. Siempre se escaparán cosas, lo importante es hacer el mejor esfuerzo para que ese entendimiento y aceptación funcionen de la mejor manera, y disfrutarlo.