Sólo era un momento así que dejé las puertas del coche sin seguro mientras iba a comprar algo. A cada rato miraba para ver si alguien se acercaba, pero cuando salí de la tienda el coche ya no estaba. ¡Me lo han robado! Pensé mientras corría desesperado. Entonces desperté. Como toda persona normal, pensé: “tengo que levantarme e ir a ver mi coche para ver si está todavía allí.” La cuestión es, yo no tengo coche.

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