Las preguntas

¿Piensas en mí?. La verdad, a veces, en las noches frías, cierro los ojos y te deseo a mi lado, abrigo, tibieza, calor. Ni sudor ni sexo. Ni besos siquiera. Ternura y amor. No pienso en que me estés siendo infiel, ni en qué estás haciendo, ni en si estás pensando en mí, no pienso en nada de eso; en el día, otras mil cosas ocupan mi mente.

¿Me quieres?. Quiero que estés seguro y dejes de preguntarme tantas tonteras. Claro que te quiero, pero ... algo se ha perdido, el encantamiento, las ganas ... la necesidad de verte siempre. A veces, creo que no vale la pena seguir con esto, pero me gusta estar contigo de todos modos.

¿Te regalo una flor?. Estúpido. Como quisiera decirte estúpido, que no quiero que me preguntes, que no tiene gracia. Un día cualquiera, llega con una flor, un poema, o algo interesante, que rompa nuestra monotonía, que refresque nuestro espacio común, que vuelva a hacer del estar juntos algo entretenido.

Cada pregunta tuya es una corriente de aire frío, que azota una débil llama, casi extinguida.


¿Por qué ChaTo?

Los origenes provienen de una amiga por correspondencia Francisca Acuña con quien me escribía bajo el seudónimo de "Dalai Chateaux" cuando estaba en cuarto medio, que me comenzó a llamar "ChaTo". Esto fue en 1992-1993.

En 1994 entre a la Uchile y mi username en el computador de los alumnos de la escuela de ingeniería era: cacastil (¡qué feo!) así que antes que me agarraran pal leseo con ese apodo, decidí ser "ChaTo".

Lo elegí en IRC, del inglés "ChaT-To" (conversar-con)

Además, me decían así cuando chico, por mi apellido, Castillo, que traducido al francés es Châteaux y se pronuncia en español ChaTó.

Me gusta como suena. En portugués significa "pesado". En chileno "cansado, abotargado, harto, hastiado". En 1998 adquirí el dominio www.chato.cl

Contrapunto cromático

"No me olvides" ... ¿conoces esas flores?. Que no daría por ver una de nuevo; aquí el paisaje es yermo, plano, fome, interrumpido sólo por matorrales verdes, como todo lo que me rodea. Incansables tardes mirando el horizonte y confundiendo nubes oscuras con el humo de un barco insensibilizaron mi retina a los colores fríos. El pasto es sólo un gris mediano, el mar, gris oscuro, el cielo, gris claro.

"Ya te olvidé" ... supongo que dirás cuando regrese ... con rabia mato animales para alimentarme, bebo su sangre roja con deleite, el fuego no es más amarillo que la bilis de una oveja. Incansables tardes mirando al sol languidecer, hundirse bola de fuego rojo sobre el mar y confundiéndo reflejos plateados sobre el agua con navíos inexistentes, insensibilizaron mi retina a los colores cálidos. El fuego es sólo un gris mediano, la sangre, gris oscuro, el cielo, gris claro.

Tres cosas que realmente valen

Uno

Estoy tomando ron. Tiene un sabor fuerte y áspero al principio, que te hace cerrar los ojos y beberlo a besitos chicos; cuando lo tragas te quema, pero después te deja la gargante clara y una sensación tibia en la güata, exquisita. No te marea al tiro, pero cuando te toma los ojos chispean, la conversación fluye y te viene una risa de adentro sobre cualquier cosa.

Dos

Te metes en la cama calladita, en un mismo gesto mueves la frazada, apagas la luz y me abrazas. Afuera llueve. Nos susurramos cosas sin sentido. Nos acariciamos sin motivo. Nos amamos. Encendemos un cigarro. Te digo que te quiero, tú me lo dices a mí. Nuestro ritual termina donde empezó, con una sensación rica de quietud, con la lluvia afuera y dentro cariño y tibieza.

Tres

En el patio de la escuela tocan hoy tres músicos de la filarmónica de Santiago, dos violines y un chelo. El día está con un sol brillante y corre viento fresco que mueve las hojas de la árboles. Me siento en una banca cerca del trío, un buen libro, me recuesto y comienzo a leer. El estudiante que hizo el contacto toma el micrófono y dice "Ahora estos tres músicos nos presentarán a Mozart", los músicos y público nos reímos. Al rato empieza un concierto breve que suena excelente. Y la música, el sol, el viento y la lectura conforman una sensación que reblandece el alma y me deja el espíritu tranquilo y la mente serena.

Benefactoriana

Si no sintieramos dolor ni nada en la piel, tendríamos que revisarnos a cada rato para ver si nos hicimos alguna herida, y de repente nos sorprenderíamos encontrando un hilito de sangre en nuestro cuerpo y preguntándonos en qué momentos nos hicimos eso.

Supongamos que tenemos una droga llamada "benefactoriana" que no nos permitiera estar nunca deprimidos, observaríamos cosas como:

Estando con una persona que no tome benefactoriana, de repente ocurre algo raro. Él o ella se achaca, tú no. Y no sabes si está sobrereaccionando o si en realidad vale la pena preocuparse y tomarse la situación con más cuidado.

En la tarde peleas con tu pareja y se va cada uno para su casa. El enojo se te disipa muy rápido. En la noche, ella te llama, todavía sentida contigo. A tí te causa mucha extrañeza. Ella te dice que eres un estúpido insensible y cuelga.

Imagina que estás usando un pijama de loza. Si te pegas fuerte, se rompe, pero no te duele. Si te pegas despacio, no sientes nada.

Ya no sé bien qué es relevante y qué no. Que cuestiones tienden a achatarme y cuales me hacen crecer. Quizás estoy exagerando no lo sé. Y si dejo la benefactoriana de golpe, me hundo.

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